En esta imagen se puede ver los camiones que ayudaron a que se construyese la ataguía que reventó a comienzos de 1997 y cómo ya se había hecho desaparecer la roca gemela de la que se ve y que formaba parte del conjunto de interés geológico, el cual quedo mermado irreparablemente ¿Como es posible que después de ese destrozo, las empresas eléctricas responsales (Iberduero, Iberdrola y demás) reclamasen una indemnización de varios miles de millones de pesetas en concepto de pérdidas. Eñ mundo al revés.
LOS CABALLITOS Solo una vez al año, por septiembre, cuando aún jugábamos todos los días en la calle hasta hacerse de noche, llegaba el tiovivo, el único que adornaba la pequeña feria de barracas que durante tres días animaba la esquina entre la carretera, la Florida y los Soportales. Junto a él, la churrería de Lorenzo, donde supe por primera vez a qué sabían los churros. Me gustaba aplastarlos en el azúcar del fondo para endulzarlos. No eran muchos y por eso los degustaba despacio, mientras miraba dar vuelta al tiovivo de los caballitos. Así llamamos en adelante a todas las ferias, fuera grande o pequeña, los caballitos. Entonces todos eran caballos de madera fijados a una barra, subiendo y bajando. No había ambulancias, ni coches de bomberos o de carreras, motos o aviones. Eran caballos blancos, negros, tordos, pintados con colores brillantes y llamativos que se reflejaban en los fragmentos de espejos colocados como mosiacos, multiplicando las imágenes, las...
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