El olmo de la imagen, La Olma, era un ejemplar de dicho árbol que, como tantos otros, murió por la enfermedad de la grafiosis. Los que la conocimos y disfrutamos, los que estuvimos albergados bajo su sombra, llegamos a amarlo como a un personaje más de un lugar diminuto, llamado Riocavado de la Sierra.
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lunes, 9 de abril de 2018
De Mansilla recuerdo un personaje "ilustre" que veraneaba allí. Uno de los tránsfugas políticos más famosos de nuestro país. No se trataba de Sanchez Dragó (que viajó de la nada anarquista al nido pepero que le dio de comer). Tampoco fue ninguno de los dos elementos del Tamayazo, a los que pudo el algo más que un sucio plato de lentejas podridas. Se llamaba Ramón Tamames, que hizo un extraño viaje desde el comunismo al conservadurismo rancio del PP. No se si vive o no, pero para muchos se convirtió en cadáver hace ya tanto tiempo...
Hace un año, con un tiempo parecido (parece que agosto no ha acabado), también estaban los machos y las hembras de mantis religiosas paseando sobre el asfalto de la vieja carretera de Banastón. La diferencia es que este año ha llovido mucho menos. También se ven más mariposas que lo habitual por estas fechas.
A pesar de todo, los pájaros anidan en las copas más altas. Se oye su gorjeo que parece haber dejado de oirse en ciudades como Zaragoza. La luna parece la misma. Las tardes son iguales, ni una nube, solo las estelas de múltiples aviones, como si los cielos sobre Sobrarbe fueran una autovía aérea que nos deja no sabemos bien qué. Al menos lo mismo que sale por el tubo de escape de los coches, pero en mayor cantidad. Hay quien piensa que nos fumigan con un cóctel de productos q...ue a no muy largo plazo influirán seriamente sobre nuestra salud. En todo caso los síntomas ue ya hemos experimentado (cada vez más incendios, desertización, sequías prolongadas, inundaciones cada vez más imprevisibles) son suficientemente graves para pensar que seguir votando a zafios negacionistas o a aquellos que les importa un carajo la suerte que pueda correr la naturaleza es poner nuestro granito de arena al suicidio irresponsable de la vida (incluida la nuestra) en el planeta.
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