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domingo, 31 de julio de 2011

ESPEJOS

ESPEJOS



Espejos de obsidiana y de metal pulido, además de los ojos de otro en que mirarse, sirvieron para conocer la imagen de uno mismo, conocer la verdad de la huella del tiempo a través de la mirada, o poder disfrazarla.

Narciso ha mirado el reflejo sobre el agua. Por primera vez ve su imagen. No sabe que se trata de él mismo y se enamora de su perfil acuoso, sin poder soportar que, al hundirse sus manos, con idea de acariciar el rostro, este desaparece. No puede concebir  que tanta belleza sea inmaterial y no pueda gozarla. Así, desesperadamente, sobreviene la muerte de Narciso.

El espejo sincero del cuento de Blancanieves siempre decía la verdad y así le fue. Por ser demasiado locuaz acabó hecho añicos.

Incluso siendo mágico un espejo destaca por ser frágil y no engañar al que se mira en él cada mañana al levantarse y,  al ver cambios que no desea, solo quiere romperlo o que le mienta.
En el retrato de Dorian Grey, el espejo no deja de mentir, mientras la imagen real del personaje va adquiriendo, en el cuadro, no solo la fealdad propia que aporta la vejez, sino el horror que añade al rostro la desnudez de un alma depravada, con rasgos que solo la locura sería capaz de concebir.

Orson Welles se esconde en los espejos, la cara del miedo repetida hasta el infinito.Uno a uno se rompen, hasta que el tercer hombre queda al descubierto y corre por las calles de una Viena desierta, entristecida. La larga sombra fugitiva ha dejado el refugio del espejo para huir hundida en las cloacas, donde ya no hay engaño posible para eludir la muerte.

He buscado historias sobre espejos y en todas ellas su otro lado, el que ocupa el reflejo aparente de lo real, también está habitado.

¿Qué es más real, la materia o su reflejo?

¿Cual de los dos lados del espejo es el verdadero?

Sueños

   SUEÑOS




                                                           I

Hubo un tiempo en que los sueños parecían ser graves enigmas que los poderosos debían desentrañar para mantener a salvo su poder o su persona, una vez interpretada la esencia fugaz e inmaterial de sus imágenes. A través de ellos, sus dioses o sus propios fantasmas proponían oscuros acertijos que les desconcertaban. Temblaban ante la fuerza del misterio que escapaba a su control

El valor que se daba a los sueños era tanto o mayor que el de los augurios, auspiciados en las entrañas de las aves y, a veces, de ellos dependía el destino de pueblos enteros.

El enigma de los sueños descubre nuestra vida mortal a un universo extraño y misterioso, donde todo es posible.

Resulta maravilloso que todos tengamos la capacidad de soñar, incluso aquellos cuya vida es una pesadilla. Quizá, a estos, solo ese espacio les dé aliento para seguir vivos.

Soñar es libre y gratis, será por eso que los sueños, sueños son.

En los sueños surcamos el universo de la noche como cometas en busca de la última estrella.

Volamos como solo las águilas lo hacen.

A veces el despertar nos salva de nuestra propia muerte al caer precipitados interminablemente con una sensación de vértigo, más cercana al placer que produce la caída que al choque contra el suelo del sueño, que nunca se produce, porque antes despertamos, con hormigas cosquilleando en nuestro vientre, mientras nos damos cuenta que las sábanas son el lecho donde todo sucede.





                                                          


II

Soñamos despiertos en la vida posible que nunca llegará.

Soñamos los humanos con vencer el enigma de la muerte.

Es un sueño erradicar la pobreza de esta tierra y las armas que matan muy temprano, al por mayor.

Es un sueño el que desaparezcan las fronteras.

Es un sueño que jamás vayamos a necesitar el dinero para nada.

Es un sueño, que dejen de existir los humanos que se dejan arrastrar por el poder y que renuncien a ejercerlo de manera despótica sobre otros de su misma especie

Es un sueño, que dejen de existir los fanatismos

Es un sueño que deje de existir la corrupción.
  
Hemos tenido sueños para endulzar la vida, para alejarla de la monotonía, para hacer de cada día una aventura.

jueves, 28 de julio de 2011

segunda oportunidd

SEGUNDA OPORTUNIDAD
 2004

Son muy pocos los que tienen una segunda oportunidad de vivir de otra manera algo en lo que han fracasado o la vida que les ha tocado bajo el signo de la desgracia o la pobreza. Solo en los cuentos de hadas aparecen una y otra vez situaciones que nos hacen soñar en que todo es posible.
En la vida real conozco pocos casos en los que a alguien se le ofrezca una segunda oportunidad, pero curiosamente esos casos son de personajes que acaso no merezcan tener esa fortuna.

Me acuerdo de algunos a los que la justicia humana parece empeñada en darles las oportunidades que quizá no debieran tener.
Esta semana salió en la prensa la foto de Mark Tatcher, el hijo de la famosa primera ministra británica, acusado de participar en un intento de golpe de estado en un país africano. En la foto, rodeado de los policías que le habían detenido, Mark sonreía como si estuviese seguro de su inocencia o más bien de la impunidad, que le otorgará una nueva oportunidad para seguir con sus negocios, al parecer bastante turbios.

Otro caso es el de Mario Conde, quien parece  haber  gozado de un retiro sosegado más que de una condena por sus grandes desfalcos, en espera también de disfrutar de entera libertad.

¿Tendrá también Pinochet una nueva oportunidad de acogerse a la demencia senil que le libró de ser procesado por sus inmundos crímenes y acallar entre otras la voz de Victor Jara para siempre?

Esa senilidad no le impide seguir teniendo a buen recaudo la fortuna que amasó en sus años de dictador en Chile.

Donald Rumsfeld también podrá seguir al mando del imperio por un tiempo a pesar de las  infames torturas  cometidas contra los presos iraquíes de la cárcel de Abú Graib, parapetado tras sus subordinados.

Esperemos que su jefe directo, Georges Bush, no tenga una segunda oportunidad de poner patas arriba el mundo pues para muestra ya vale el botón de sus cuatro años de mandato, tras los cuales el planeta es un lugar algo menos seguro.
(POR DESGRACIA LA TUVO Y YA VIMOS CON QUE RESULTADOS)

FAMILIA ¿QUÉ FAMILIA?

Familia ¿Qué familia?



Cuando yo era un niño solo distinguía entre familias numerosas y las que no lo eran. Era raro encontrar aquellas en que solo hubiera una hija o hijo, lo cual, además, sin ninguna reflexión, yo consideraba una pequeña desgracia, pues aunque fuera más fácil acceder a la posesión de ciertos juguetes, el hecho de no tener hermanos me  parecía un recorte antinatural, una carencia que daba como resultado niños acostumbrados a hacer su voluntad y que sometían a sus padres al vaivén de su capricho.

En una familia numerosa las expectativas de amistad, en ocasiones, se veían casi colmadas dentro de núcleo familiar. Jugábamos juntos, paseábamos juntos e íbamos, de vacaciones al pueblo, la familia entera.
Invariablemente, en cada familia había alguna abuela o abuelo que ayudaba en la crianza de los hijos y servía de nexo entre una vida en vías de extinción y otras con un futuro por descubrir, al que se incorporarían canciones, historias y vivencias que, como un puente, sorteaban los ríos paralelos y sinuosos de las generaciones para no ser olvidadas.

Yo recuerdo a mi abuela Daría que vivía con nosotros. Era una mujer menuda, con su cara curtida por el tiempo y la vida de aldea montañesa.
Aparentemente frágil, escondía, tal vez, esa tristeza honda de quien ha perdido parte de sus hijos de forma prematura. Como en muchas mujeres, su luto parecía eterno, contrastando con su largo pelo blanco que, cada mañana, peinaba largo rato para, luego, recogerlo en un apretado moño. Era una presencia tan entrañable y cálida que aún la siento como algo real, como si siempre estuviese cerca, a pesar del tiempo transcurrido desde su partida.

Cada vez es más raro, sobre todo en las ciudades, encontrar familias en las que convivan tres generaciones. Ese puente que unía a los abuelos y a los nietos en la convivencia cotidiana se desvanece, convirtiendo a los abuelos en visitantes ocasionales o en la única referencia que acerca a las familias a las residencias de ancianos una vez por semana o cada cierto tiempo, con dosis de afecto menos comprometidas que las que suponía la convivencia continuada bajo el mismo techo.

Hoy hay familias monoparentales, de madres solteras, de divorciadas o divorciados, familias que reúnen los hijos habidos en matrimonios anteriores que rompen los clichés de lo que se pudo considerar en su momento como familia al uso.

También las parejas gays y lesbianas reivindican su derecho a formar una familia, acogiéndose a la posibilidad de la adopción.

La Iglesia ha puesto el grito en el cielo ante esta posibilidad y es recalcitrante en no admitir que existe algo más que las parejas tradicionales de hombre y mujer, padre y madre, que no siempre garantizan el afecto y el bienestar, no sólo material, de una familia.

Esa institución proclama no hacer política pero se arroga la exclusiva de la moralidad y la corrección en materia familiar y sigue proscribiendo el uso del preservativo o los métodos anticonceptivos más elementales y necesarios, allí donde el exceso de natalidad se convierte en un problema serio.

Los lazos de sangre son quizás más fuertes que los del simple afecto, pero lo son para lo bueno y para lo malo, como muestran las atrocidades que resultan del despecho, de los celos, del poder que otorga a algunos el hecho de ser padres o madres sobre la vida de sus hijos.

En muchos de estos casos aparece por  medio algún tipo de trastorno o de locura pero, que yo sepa casi todos ocurren en familias de esas que se dan en llamar “normales”.

martes, 12 de julio de 2011

sobre el mar

LA MAR, EL MAR

La mar, el mar. ¿Por qué tiene dos géneros esa palabra, ese elemento líquido que hace azul este planeta?

¿Será porque mar es madre y padre, origen de todo lo viviente sobre el globo terráqueo?

De él fueron surgiendo los seres que hoy vuelan o caminan, hasta colonizar una tierra, antes estéril y un cielo, en su día, abrasador.

No se sabe, con certeza, cuándo el ser humano se atrevió a surcar los mares, ni cómo lo hizo la primera vez, pero a lo largo de la historia lo ha hecho de formas tan variadas como la imaginación y la necesidad pudieron dar de sí.

Desde la simple balsa, que inmortalizó Gericault, resumiendo en ella toda la esperanza y desesperación, que la pequeñez del hombre frente al mar es capaz de provocar.

Los balseros cubanos, aunque saben que su destino es más cercano se arriesgan a navegar montados en la fragilidad de artilugios caseros que no siempre han llegado a su destino.

Ulises y Simbad el Marino son, en la literatura más cercana, los viajeros del mar por excelencia.

Ulises recorrió el Mediterráneo durante muchos años de vuelta a Ítaca y, tanto él como Simbad vivieron aventuras que solo en el oscuro abismo de un gran mar o un océano eran imaginables.

Como el mar Tenebroso se conocía al Océano Atlántico y aún el nombre de Finisterra nos recuerda el temor que inspiraba su seno airado, cuyos umbrales son conocidos hoy en día como La Costa da Morte.

Pasó el tiempo del dios Poseidón y las sirenas, tal vez queden pescadores como el de “El viejo y el mar”, pero el ser humano parece empeñado en desmitificar el mar aunque no quiera. Lo hace de  manera bestial, sin dar tregua a su lecho. Lo mismo que la tierra emergida, el mar es para el hombre un almacén y se nutre de él como de un supermercado. También es vertedero, un gran basurero en el que, sobre todo, los grandes petroleros vierten su carga letal, que tantas veces escupe la marea hacia la costa.



                                   


MAR DE GALICIA

¿Desde cuando mis ojos se volvieron al mar?

Tal vez en mucho tiempo solo el bosque lamía en las raíces la sal de sus perfiles y, solo él, temblaba ante su furia oscura y sus blancos zarpazos contra el acantilado.
Pero a tanto no alcanza la memoria de mis hijos humanos, quienes se abrieron paso entre carballos y, desde las frondosas copas del castaño, alcanzaron sus ojos, incrédulos, el mar.
Construyeron sus nidos en las playas y los montes cercanos.
Soñaron adentrarse sobre el color cambiante de las olas, descubrir caminos en el agua de aquel Mar Tenebroso, más allá de Fisterra, donde solo se dibujaban seres monstruosos en mapas medievales.

¿Acaso el gran mar caía desbocado en una catarata que todo lo engullía, como un gigantesco aliviadero?

Se ausentaron los hombres, embarcados en breves cascarones. Se acostumbraron las mujeres a vislumbrar el horizonte que trae la borrasca y a salir en la noche con antorchas para alumbrar la oscuridad, sin estrellas, y anunciar, así, las rocas enemigas en las que tantas vidas se estrellaban. Aquellos inhóspitos y fértiles umbrales del Océano recibieron de nombre la Costa de la Muerte.

¿Cuántos cuerpos tragó el mar impasible que nunca devolvió?

¿Cuánto luto regaló a las compañeras y a las madres, que en vano volverían sus ojos hacia el mar?

No podían odiarlo porque en él vagaba el vigor apagado de sus hombres, su faz flotando, para siempre en la memoria, en mitad del temporal.

El temido horizonte fue un día camino de esperanza. Emigrantes, luciérnagas de invierno a las que también se espera, aunque no vuelvan. Las ánimas flotando sobre el mar, vivos y muertos bailando en la marea, bajo la vía láctea que guía al peregrino sin camino marcado.

Y así, tiempo después, llegó aquel día en que fue el mismo mar quien se vistió de luto, un luto espeso envolviendo las playas, adherido a las rocas como un cáncer mortal.

Incrédulos los hombres intentan conjurar el negro cinturón. Van vestidos de blanco al nacer el alba pero retornan negros de alquitrán.

Todos se vuelcan a curar el mar.

No es la primera vez. De ahí la indignación y la impotencia. ¿Hasta cuando será Costa de Muerte? Y cuentan con los dedos de las manos, no ya los naufragios incontables de pesqueros, sino mareas negras: el “Urkiola”, el “Cazón” y ahora el “Prestige”.

Los pesqueros que faenan en Gran Sol enrolan tripulantes indonesios. Nadie quiere arriesgar su vida en alta mar. ¿Olvidarán los hombres de Galicia las artes de la mar?

No creo que esto ocurra, pero estoy seguro de que no olvidarán el día en que su costa se convirtió otra vez en sumidero, en una Burla Negra, a la que no atendieron con el debido celo, esa iguana que pescaba en agua dulce, llamada Manuel Fraga, ni el cazador de condonera verde y gorro tirolés, llamado Álvarez Cascos, ni el heredero del inefable Aznar,  don Mariano Rajoy, quien bien podría pasar a la historieta, porque no a la Historia, como “mister hilillos de plastilina”.

Siento acabar de forma tan prosaica, pero en Galicia no todo es poesía.

Esperemos que NUNCA MAIS ocurra lo que jamás debió ocurrir.

lunes, 11 de julio de 2011

UNA HORMIGA EN LOS MONEGROS

UNA HORMIGA EN LOS MONEGROS


            La inmensidad se pierde, una neblina roja de piedra carcomida, desecha en polvo, suspendido, flotante. El extraño animal camina lentamente, sus ojos no ven pero, por ellos, otros seres lejanos miran el paisaje y analizan cada roca, cada indicio.

Marte asoma en el alba del humano en  forma de guerrero y de planeta
Una esfera roja despierta en el cielo en cada crepúsculo al llegar el azul profundo de la noche.

Un dios impulsivo alienta al combate y los humanos, mientras, le hacen la corte. Como  si jamás hubiéramos sabido de Homero.

Mientras los poetas cantan a la luna, Marte permanece oculto.
Aún Julio Verne puso el límite de su viaje espacial en la luna.
Marte surgió como nueva frontera en los inicios de la Ciencia  Ficción.
Seres extraños, verdes, de lenguajes indescifrables y con diversas intenciones en el fin de su viaje. También con diversa suerte en su destino terráqueo.
En la televisión, “Los Invasores” o “Perdidos en el Espacio” fueron diferentes paisajes en la exploración de posibilidades. Mientras tanto, la exploración de Marte ya era un objetivo.

¿Qué buscan los humanos en Marte?
¿Lo mismo que en la Tierra?

En la tierra los humanos buscamos los sueños, gozar de la montaña
y sus senderos, navegar en el mar lejos de toda playa, dibujar caminos en la espuma, llegar a las más altas cumbres con nuestro aliento solo, atravesar desiertos y contemplar sus noches frías de cristal, con la bóveda oscura cuajada y rebosante de guiños brillantes.

Bajar ríos de vida y no de lodazal.
Acariciar riberas de sarga o de manglar.
Soñamos una tierra que sirva de hogar a todos los humanos y en la que muchos no tengan que conformarse con vivir soñando sobrevivir tan solo.
Mientras tanto el artilugio va recogiendo muestras diminutas, que se procesan a gran velocidad para mantener la tensión de la noticia con cada descubrimiento.

Soñamos que el agua nos siga regalando su materia. Aunque se muestre violenta, a veces, como producto de un clima inesperado que no acertamos a explicar hasta que miramos hacía la tierra desde el espacio.

El maltrato a la tierra es constante.

Mirad hacia el Sahara desde arriba.
En las fotografías de los satélites los desiertos aparecen en rojo.
Si pudiéramos echar hacia atrás la  misma mirada  diez mil años, veríamos que el color era otro y había ríos en el altivo Hoggar o el Tibesti.

Miremos también los colores que cambian en el globo porque se destruyen espacios con avidez, de bosque o de selva, buscando lo que las entrañas de la tierra albergan.

Somos humanos, mujeres y hombres, seres que navegan en la deriva ordenada de un planeta que gira doblemente. Sin saber hasta cuando estaremos aquí. Solo sabemos que seremos partículas del cosmos algún día, porque no es otra cosa la muerte  la vida en suspenso que deja su estela.

Mas, antes de que llegue ese momento, paremos a tomarle el pulso a la Tierra y oigamos lo que dice dentro.

Buscar otros planetas. Seguir el esquilme de éste.

¡Qué gran paradoja!

domingo, 10 de julio de 2011

Paraiso del Quebranta

ENERO DE 2004

UN DÍA CUALQUIERA


            Anteayer se produjo la muerte en atentado selectivo del líder de Hamás: Ahmed Yasín.
Aseguran las autoridades israelíes que “a la larga es una forma de asegurar la paz. Los palestinos seguidores de Hamás aseguran que la respuesta a este acto serán más muertes de israelíes y que “Israel no conocerá la paz” en esta guerra larvada que ya dura décadas.
La paz que quiere asegurar Sharon es la de los cementerios, apuntalando así, la misma noción de paz en los palestinos, que cada vez practican más a menudo la auto inmolación en actos desesperados y mortíferos.
         ¿Todo el empeño antiterrorista va a converger, a escala planetaria, en iniciativas policiales de mayor control y más agresivas en la manera de establecer los filtros antiterroristas? ¿Se va a emplear la catalogación maniquea y simplista que ya se aplica en los aeropuertos de Estados Unidos? Allí se clasifica a los viajeros en “inocuos” o “normales”, si no representan un peligro, ni siquiera potencial; “dudosos” (sin que sepamos el criterio que anida en esa consideración ambigua), a los que se atribuye un color que no les deja libres de sospecha. Finalmente los proscritos del “paraíso”, los que son algo más que sospechosos y no entrarán en el “reino de los cielos blindados”, pues su origen o curriculum es abiertamente dudoso o potencialmente peligroso.

Se están abriendo brechas en las leyes sobre detención y encarcelamiento de terroristas. Quizá, en un futuro, algún dirigente sienta la tentación de extender esta excepcionalidad a otras situaciones. Guantánamo ha sido un precedente y “aparentemente” una excepción peligrosa.

¿Qué se consigue aplicando las medidas adoptadas en Guantánamo, aparte de castigar a los reos con el infierno de la incomunicación, el trato vejatorio y la tortura física y psicológica?

En Palestina, con la construcción del muro y la presencia de helicópteros en misiones de crímenes selectivos, se pretende conseguir otra especie de gigantesco Guantánamo.
Como las ollas a presión, cuando no tienen válvulas de escape para que por ellas se libere la presión interna, cuando estallan, pueden provocar un efecto metralla, de alcance imprevisible y peligroso.
Y si sólo fuera Palestina, pero también Chechenia, Irak y países africanos a los que se intenta exprimir. También países de Sudamérica, víctimas de los ensayos perversos de la economía globalizada, además de la corrupción de sus propios dirigentes (algo también omnipresente hasta ahora).

La lucha contra el terrorismo no puede olvidar las diversas situaciones que viven los países de los que pueden surgir los posibles terroristas.

La irracionalidad de los fanáticos puede que no tenga vuelta atrás, pero el hecho de que sus acciones puedan ser justificadas por amplios grupos, en determinados países, sólo podrá comenzar a cambiar cuando al terrorismo no se responda exclusivamente con la guerra o el terrorismo de Estado, con la asfixia económica que condene a pueblos enteros a la miseria o con la prepotencia neocolonial de ver en ellos, tan sólo, almacenes de materias primas o de materias energéticas, sin importar que sus gentes malvivan entre el hambre y las enfermedades mas mortales y con guerras alimentadas por ríos de armamento descontrolado.

Se cosecha lo que se siembra y ya se sabe que quien cosecha vientos recoge tempestades. Estas cada vez tienen menos barreras, pues los principios de respeto por los pueblos y los lugares en que se asientan no se cumplen, sino que se convierten en nuevos motivos para pensar que Occidente no es tan inocente, ni lo que se cuece ahora es una película de buenos y malos, una del oeste, vamos.

¿Qué objetivo persigue el terrorismo al golpear de forma brutal e indiscriminada el corazón de las sociedades occidentales?

Ni siquiera en el “World Trade Center”, que como símbolo podía ser la representación más genuina del capitalismo y una de las creaciones de su imperio sin fronteras, el objetivo fue discriminatorio.

En este y otros grandes atentados, atribuidos al terrorismo islámico o reivindicados por él, las víctimas pertenecían a países, a razas, a religiones y culturas diferentes, incluida la musulmana. Muestran la ceguera que guía a quienes los perpetran y los financian.

El miedo y la violencia sólo engendran más violencia y miedo y todos salimos perdiendo.

Los países, que son posible objetivo, se blindan.

En aras de la seguridad, la vida de los ciudadanos se envuelve, cada vez más, en rituales de control aduanero y policial. En algunos lugares son tantos los que no están libres de sospecha que sus habitantes se ven abocados a vivir entre la paranoia como algo normal.

¿La sospecha habrá de convertirse también en un mal necesario y cotidiano?

sábado, 9 de julio de 2011

12 DE MARZO


12 DE MARZO


Hoy, 12 de marzo de 2004, la cifra de muertos está en 191 y los heridos se acercan a los 1500.

En muertes el número, en este atentado, está lejos de los del 11 de septiembre. En lo que significa y en las consecuencias que puede acarrear, la semejanza es mayor.

Al Qaeda ha reivindicado un atentado que me trae a la memoria escenas de “la Batalla de Argel”, narración cinematográfica de Gillo Pontecorvo, en la que, una vez los hombres de la resistencia argelina se han “quemado” y no pueden salir de la kashba, las mujeres asumen el papel de seguir haciendo frente al Estado francés, transportando bombas en bolsas de deporte que dejan, sin peligro para ellas, en los lugares mas concurridos por la colonia francesa de Argel.
El paralelismo, en mi opinión, es sólo en el método. Las circunstancias que hoy concurren alrededor de este bárbaro atentado son, lógicamente, muy diferentes.

En una línea muy coherente con la mascarada que propició la guerra de Irak y con la intransigencia que caracteriza al PP en materia de terrorismo exterior o interior, siguen cargando las tintas sobre la autoría de ETA, como si su papel (el del gobierno), de aliado en el despropósito de Irak, fuese tan de justicia que es impensable una acción tan horripilante sin, al menos, seguir con la satanización de la banda terrorista, a dos días de las elecciones y utilizar una hipótesis, expresándola como certeza absoluta.
Si el PP llega a ganar las elecciones por mayoría absoluta, ya habrá tiempo luego de hacer desmentidos e ir tras las huellas de Estados Unidos en materia de seguridad, con el eterno lema, cada vez más hipócrita, de “Si quieres la paz prepárate para la guerra”.
Si se vota a quien sigue insistiendo, exclusivamente, en la solución policial y militar para afrontar las relaciones entre partes diferentes del mundo y el diálogo se aparca. Si los estados no asumen sus errores, creyéndose en posesión de la razón. Si cada vez un hecho más mecánico y extraño (por los resultados y la abstención masiva, en el caso americano), como son las votaciones (lo que nos identifica como una democracia cada cuatro años), les legitima para seguir haciendo guerras preventivas, vendiendo armas con que matarse, otros. Si se sigue apoyando a tiranos que aseguren los suministros de materias primas, es que estamos perdiendo el norte o el miedo actúa como motor de decisiones muy arriesgadas y daremos otro cheque en blanco a un integrismo frente a otro.

Entonces, como dicen los creyentes: “que Dios nos coja confesados”.


(El día después)

Nadie se esperaba “el vuelco”, como algunos titulares han proclamado en sus portadas y que yo considero exagerado, dada la situación de la que partimos y en la que hemos varado gracias a la gestión del ejecutivo saliente.

La máscara de Aznar, despidiendo definitivamente su mandato, era una máscara muda.
                   

viernes, 8 de julio de 2011

EL ENTE

EL ENTE



Todos hemos oído alguna vez nombrar a la televisión pública como el ente, de ahí el título de este breve escrito.
Comienzo por rastrear la palabra ente y encuentro en el diccionario: “lo que es, existe o puede existir”
 Me digo:
-La televisión no solo puede existir sino que existe y es, al menos, en la vida de los llamados occidentales y cada vez más en el resto del mundo. 
Su razón de ser se mide por las audiencias que son, existen o pueden existir en el baile de la competencia, cada vez más uniforme en lo referente a la basurilla que se exhibe.

Se ha logrado en los últimos años que nos miremos el ombligo, a través de la exhibición  de pequeñas miserias, sometidas a la vigilancia constante de los espectadores que, además de ver los programas, acuden a ellos como a una tela de araña, dispuestos a  contar lo que sea con tal de aparecer en la pantalla unos minutos.

Leo también una segunda acepción que significa: “sujeto ridículo y extravagante” 
Pienso en Urdaci, el ente dentro del ente.
Intentando sostenerlo como un atlas, hasta que las mentiras y los desaires, además del servilismo más perruno, destilan por sus espaldas y dejan ver los costurones de las falacias, las verdades a medias, las omisiones, las descalificaciones y buenas dosis de estupidez, que van ahogándole desde los pies, hasta que todo se le viene abajo, pues ha llegado el final, aunque no mueva una ceja, mientras atrás se oye un coro que vocea lindezas a su persona.

Como término filosófico ente significa: “el que no tiene ser real y verdadero y solo existe en el entendimiento o en la imaginación”.
Este término es quizá el que más da de sí.

Dada su condición de no tener ser real, a la televisión se la puede modelar a gusto de ciertos entendimientos e imaginaciones.
Los entendimientos se han ido, desde hace tiempo, en modelar un ente, de todo menos plural. En utilizarlo como medio de propaganda, de apagafuegos de verdades incendiarias como el caso del Prestige o el asunto del Yakolev.
En dar su bendición a todas las torpezas cometidas y acallarlas.


Cuando la competencia  mediática se ha considerado “ofensiva”, por querer saber demasiado, de lo que todos deberían ser informados, se ha recurrido a la influencia política para eliminarla.

Como resultado, al final, no han dejado lugar para la imaginación y el encefalograma del ente se ha quedado plano.

Cuando vuelva a la vida, el ente, esperemos que al menos la imaginación despierte, si es que la televisión se quiere de verdad que sirva para algo útil y no solo sea una tapadera, cada vez mas chapucera, de la regulación del consumo.

Aunque eso, ya, es designio de otros entes.

                                                                 

                                                        Marzo de 2003

jueves, 7 de julio de 2011

PLUMAS, EMPLUMES...

PLUMAS, EMPLUMES, PLUMAS...



            Soy el leve fulgor, caído, del azaroso cielo de las aves.
No tengo voz pero guardo una historia, aunque me veas descolorida y pobre. Una hoja más, posada en el otoño.

Así son esas plumas que encontramos al pasear. Negras y plateadas, las de los cuervos y las chovas.  No emigran los inviernos. Se quedan escondidas al abrigo de barrancos y en cárcavas peladas. Al llegar el calor remontan a las crestas mas altas sobrevolando sarrios y marmotas.

El martín pescador deja plumas menudas de tonos azulados que son como tesoros para guardar entre las páginas de un libro.

Las plumas de rapaces nos animan a hacer, con ellas, otras plumas con que escribir historias nacidas en el aire.

Las plumas de las aves son adorno y lenguaje en las oscuras selvas, donde los indios visten sus colores más vivos, de papagayos, loros, tucanes, marabúes...
Azules, rojos, naranjas, amarillos, hundidos en el verde infinito que alimenta a los hombres, quienes siempre han considerado el bosque como madre y hogar de pájaros y humanos.

¿Qué sabremos mañana de ese mudo lenguaje de las plumas?

Nos quedará tan solo plumas sin misterio del cabaret,  y esas  otras, que caen al azar de pájaros en vuelo, cuyo hondo secreto jamás desvelaremos.


Esas plumas de pájaro sirvieron otro tiempo como escarnio. El de los condenados a recorrer las calles, emplumados, pájaros tristes, privados del vuelo y de la libertad, vestidos para un grotesco carnaval de fiera intolerancia. Librados de la muerte, no de la humillación, condenados por la Inquisición, por  puritanos bárbaros, que se hicieron famosos en la quema de brujas. Y también los no menos salvajes encapuchados, miembros del Klu Klus Klan.

Emplumar, aparte de esos castigos infamantes, significa que a alguien se le obliga a hacer algo sin desearlo o a pagar algo sin comerlo ni beberlo.
En nuestra sociedad hay grandes ejemplos de emplumes, que nada tienen que ver ya con las plumas de pájaros.

El estado nos emplumó durante siglos el servicio militar obligatorio

Nos empluman los bancos con el pago de transferencias o por poder disponer de nuestro propio dinero en cualquier parte.

Recientemente han emplumado al mundo, especialmente a Afganistán y a Irak, con dos guerras.

Han emplumado a los palestinos un nuevo muro de la vergüenza, más alto y más opaco que lo fue el de Berlín.

Bush y su camarilla (de puritanos por cierto) nos empluman la creencia de que explorar el planeta Marte es más necesario que acabar con el hambre y la miseria.

Esos mismos nos empluman la necesidad urgente y obsesiva de acabar con el terrorismo (que ellos sembraron por doquier)  a toda costa, aunque sea a base de pasar por encima de las leyes y poner bajo sospecha a todo el mundo.

Nos empluman el encarecimiento desmesurado de la vivienda, la comida basura, el no saber exactamente qué comemos, la telebasura, la televisión Urdaciana, las mentiras y los silencios para explicar casos como el Prestige, el desastre del Yakolev o los socavones del AVE.

Nos empluman también los contratos basura, las congelaciones salariales, los Planes Hidrológicos por huevos, las subidas de tarifas eléctricas o de comunicaciones, la privatización del agua, la religión en la educación pública y el pago de los fastos  principescos y reales a más de otras veleidades escurialenses.

Aún así el emplume es leve, si miramos, aunque sea brevemente, hacia el llamado Sur, cuyo cometido principal es el de ser desplumados, para que así a nosotros se nos pueda seguir emplumando de estas y otras maneras.

Plumas anónimas recogieron romances y cantares de gesta, recitados en plazas y mercados,  fiestas y carnavales. Anónimas novelas picarescas salieron de la pluma certera para dejar constancia del margen en que habitaba el Lazarillo, junto a clérigos de la virgen del puño, hidalgos que solo se alimentan del orgullo, en una sociedad que va de extremo a extremo, o rica y opulenta o pobre y miserable.




Hubo plumas ilustres, con nombres y apellidos, que llenaron la historia de la literatura.
Plumas interminables como Lope de Vega, Fénix de los Ingenios, Pérez Galdós, Pío Baroja... Plumas mordaces como  Quevedo, Gracián, Vázquez Montalbán, Reverte...
Plumas cultas como Góngora y Darío.
Plumas rotas en vuelo como Lorca y Hernández.
Plumas republicanas como el Sender de “Réquiem...”
Plumas lúcidas como Goya en sus Caprichos o Desastres de la Guerra.
Plumas cargadas de pasión y melancolía como Bécquer o Rosalía.
Garcilaso y Cervantes, manejaron la pluma a la par que la espada.

Hay quien piensa que la pluma puede ser una espada.

Tal vez los responsables últimos de la muerte de Couso así lo interpretaron y por eso su vida se segó de un plumazo, dejando que a los que montaron aquella guerra infame que aún se sufre, se les viera el plumero.

miércoles, 6 de julio de 2011

LO QUE NO SALE EN LOS MEDIOS NO EXISTE (2003)

Lo que no sale en los medios, no existe.


            Seguramente la estupidez aparece con el hombre mismo y se ha heredado, desde entonces, como se hereda el castaño del pelo o el color de  los ojos. Es algo inofensivo, si quien la ejerce es socialmente reconocido como estúpido y no nace en el seno de una familia, que por su relevancia social o su poder económico, puede arropar ese detalle y enmascararlo con visos de inteligencia, aunque resulte caro el disfraz.
        
Cuando la estupidez se manifiesta en familias con grandes ambiciones políticas o de negocios, la cosa cambia radicalmente, hasta el punto en que ni siquiera es necesario demostrar una inteligencia exquisita para llegar a ser presidente, al igual que la herencia de los imperios y monarquías  ofrecía ejemplares curiosos.

La diferencia es que hoy la dignidad de máximo mandatario se adquiere por consenso general a través de las urnas.

Estos últimos años hay ejemplos de elevación hasta lo más alto del poder de personajes con características dudosas en su comportamiento o en su forma de entender la democracia.

George Bush, hijo de un expresidente, petrolero, fue además gobernador de Tejas, estado en el que durante su mandato se cumplieron un buen número de sentencias de muerte.

Dejando aparte lo fraudulento de su elección ¿Qué pudo  decidir a los electores a proyectarle con sus votos hacia la Casa Blanca?
¿Su actitud decidida a la hora de firmar sentencias de muerte?
¿Su ineptitud como empresario, varias veces probada?
¿Su carisma de hombre de pocas palabras?
¿Sus extensos conocimientos geopolíticos?
¿Su falta demostrada de tacto?
¿Su compromiso y vinculación con las grandes corporaciones empresariales?
¿O tal vez fue la misma desidia electoral a la que contribuyen dos opciones que cada día son más la misma?

         Silvio Berlusconi, hasta conseguir ser conocido como presidente, se dio a conocer como empresario poco ortodoxo y visitador impenitente de tribunales, a los que era convocado por su particular forma de entender los negocios. Siempre estuvo a punto de ser procesado, pero no sólo se libró de que le fuera aplicada la justicia, sino que fue elegido primer ministro de Italia

¿Es una cualidad meritoria la de eludir a la justicia, además de denigrarla, como hace Berlusconi?

¿Están encantados los italianos con un presidente que ha intentado monopolizar los medios de comunicación y acallar todas las críticas contra su más que dudoso proceder? ¿Se han guiado los italianos por las ideas expresadas contra la inmigración ilegal, sobre la que llegó a hacer bromas macabras y de muy mal gusto?

         Si Bush y Berlusconi arrojan serias dudas sobre su comportamiento, hay un tercer mandatario, que forma con ellos una tríada, debido sobre todo a su talante y su comportamiento político.

Don José María Aznar llegó al poder sin la fama de ignorante que precedía a Bush, ni la de corrupto que acompañaba y sigue acompañando a Berlusconi. Ha llegado a gobernar con mayoría absoluta y a partir de ahí se ha destapado de manera clara su adscripción a la derecha mas rancia y autoritaria de este país.

En asuntos internos ha contado con el apoyo inestimable de actores impagables como:

Arias Cañete (mister”paseo militar”), quien soltó la lengua de forma obscena al mencionar el trasvase del Ebro y empleando un lenguaje abiertamente fascista.

Mariano Rajoy, hoy convertido en el delfín único de Aznar, el heredero, dejó para la posteridad su famosa comparación de la densa fuga de fuel con “hililloss de plasstilina” intentando justificar ante sus paisanos lo injustificable y convirtiendo la catástrofe en puro juego de manualidades infantiles.

El señor Alvarez Cascos (Coordinador y responsable de “desaguisados públicos”) acumula desastres a los que resta importancia y jamás son producto de la incompetencia o la imprevisión, todo lo más sabotajes con los que la naturaleza, o la oposición, intentan desacreditar su firme trayectoria política, además de distraerle de sus aficiones cinegéticas, para las que al parecer sí está dotado.

Salió indemne del escándalo del Prestige y pudo, más tarde, protagonizar el culebrón del AVE, aún no concluido...

Podía seguir la lista atendiendo a los responsables de medio ambiente (pues se halla demediado más bien), que ha sufrido y sigue sufriendo este país. Parecen elegidos más para acabar con él que para protegerlo.
El Plan Hidrológico sería la puntilla si llegan a salirse con la suya.
Dicho pronto y mal “aquí ni dios dimite”, nadie es responsable, ni siquiera de sus palabras.

Pero estábamos hablando del líder, del protector de los arriba mencionados.
Todos están arropados por él, quien, desde luego, no pide responsabilidades por las decisiones equivocadas, pues son hombres de su confianza y él, menos que nadie, nunca se equivoca.
De todos es sabida su aversión a la falta de adhesión (como les gusta decir) a la Constitución, que ahora enarbola como si se tratase de la Biblia, ante los anatemas y “peligros” del nacionalismo vasco y catalán.

Su apego a las medias verdades y a las mentiras le ha llevado a asumir el control de los medios de comunicación públicos y a hacer callar de forma fulminante a aquellos que no le son “leales” o le persiguen micrófono en mano para hacerle preguntas “hostiles” a las que nunca contesta, a la par que lanza miradas fulminantes a los entrevistadores.

Este es el resumen de su relación con “Caiga Quien Caiga”, programa de tele 5 cuya desaparición, al parecer, fue un favor personal de su amigo Berlusconi, socio mayoritario de dicho medio televisivo.

Los ejemplos del uso sesgado y fraudulento de los medios son abundantes.

Informaciones sobre huelgas, sobre el “Prestige” (han conseguido que no se investigue  el asunto desde la UE), sobre la guerra de Irak y el caso del periodista asesinado José Couso, el accidente de aviación en el que perecieron 62 militares españoles, sobre el cual Federico Trillo está empeñedo en mantener la desinformación y el oscurantismo, incluso con las familias de las víctimas que tienen mas derecho que nadie a saber la verdad.

         También ha sido su apuesta personal la adhesión inquebrantable a George Bush y su arriesgada aventura en la guerra irakí y en la posguerra. De entrada, seguir ciegamente al presidente de EEUU y su equipo, apoyándoles en su belicismo a ultranza, parece mas la postura del  que quiere estar al lado del más fuerte, que una decisión meditada, basada en la cordura y sobre todo en el consenso.

La última resolución del Consejo de Seguridad le da alas para pensar que, definitivamente, la Historia le da la razón, cuando en realidad se trata de un pobre parche para no ahondar más las diferencias que la cuestión de Irak ha abierto entre los países del mundo.

¿Qué llevó a Aznar a alinearse con Estados Unidos e Inglaterra sin consultar con nadie?

¿La familiaridad que da pasar unos días con la familia “Bleer” o llegar a poner los pies sobre la mesa de “Yoorges”?

¿Pasar a la historia por las fotos que se hizo con ellos en las Azores y que sea imposible que su imagen no forme parte de la memoria gráfica planetaria?

¿Su aversión obsesiva al terrorismo que le lleva a decir que en ese fenómeno no hay matices posibles?

¿La coincidencia cada vez más palpable con Bush en la idea de que quien no está conmigo está contra mí?

¿El placer de ser homenajeado con medallas made in USA por su fidelidad canina al imperio?




En internet aparece una foto de “Yoorges”. 
En ella, flanqueado por dos uniformados, Bush mira con aparente sumo interés a través de unos enormes prismáticos.
Jamás he visto hombre cuyos gestos se repitan tan invariablemente como en él.
Su acartonada forma de ofrecer la mano, sin despegar el culo de ese sillón burgués.
Con el mismo calor en la mirada de un arenque, pescado hace tres días.
Esboza una sonrisa de labios apretados, enigmática y sosa, lejos, por otra parte, de las continuas muecas de su íntimo amigo Jose Mari a quien le une una “amistad de colegas de bodega”, a pesar de que Yoorges sea un abstemio converso.
Desde que le dejó poner los pies encima de la mesa, una intensa ola de afinidad y buen rollito invadió el ego de Jose Mari, quien se sintió aupado como socio  al círculo exclusivo de los vaqueros que comulgan con las ruedas de molino que el jefe hace rodar, cada vez que su escaso lenguaje se hace oír en los foros mundiales o nacionales

En la foto en cuestión a pesar de la atención que presta, el buen Yoorges se ha olvidado de quitar la funda que inutiliza la visión a través de las lentes y lo que ve es la nada, el negro más absoluto.

Tal vez solo sea una metáfora de la más absoluta ceguera  con la que intenta llevar los asuntos del globo.

martes, 5 de julio de 2011

LA FARSA

LA FARSA


Lo peor de esta farsa es el tufo que de cruzada adquiere.

Del ataúd la tapa se apuntala con clavos de ayuda humanitaria,
flores de despedida que traen las democracias, como regalo póstumo a los muertos.

No verán cómo al  póquer se juegan los despojos.

Las yemas de los dedos, huérfanas de caricias, no palparán la niebla que esconde abarrotados cementerios de niños, de mujeres y de ancianos.

No estaban en el sitio adecuado
ni colateralmente prevenidos
y por tanto resultaron abducidos  
por la certeza bienintencionada
de que el asesinato, (en masa a ser posible)
es acto de justicia  si a salvo deja
las buenas digestiones (no el hambre descarada),
la obesidad deforme, la comida basura
(no así los excedentes destruidos), el "futin" y el aerobic,
la libertad de morir de cáncer de pulmón
(y no de inanición que es cosa de mal gusto),
el teléfono móvil y los ordenadores,
la huida de los fines de semana
(no las deportaciones),
el tráfico de coltán y de diamantes,
(no la esclavitud ni las mutilaciones)

Kissinger, al parecer lo dijo,
anunciando con ello una estrategia,

“En el planeta hay demasiados hombres
y es asunto de higiene hacer limpieza
si entre los casi desnudos habitantes
se esconde la riqueza que alimenta
el bienestar del arca en el diluvio”.

A MODO DE RETRATO

A MODO DE RETRATO




El digno presidente se vistió de librea
para hacer el papel de cancerbero,
girando la manilla de la infamia,
y abrir la puerta del horror guerrero


¿Tanto vale una foto junto al perro de las multinacionales?

¿Para ser una pulga o garrapata hace falta vendernos y venderse?

¿Por adquirir parcelas del infierno tanto viaje al Olimpo de los necios?

De sí mismo olvidado, ¿cómo no estarlo, también de los mortales que le hacen señas y le tiran huevos?

Solo a su efigie, claro, porque ¿Cómo alcanzar al ángel de los yerros, si no es con un misil cargado de improperios?

Ni así desaparece esa sonrisa boba  y a veces carcajada inexplicable, con que aparece en las fotografías, sin figurar el chiste a pie de imagen.

No es simpático gesto, es una mueca que nos deja perplejos.


Solo entendemos que una marioneta no se haga responsable de sus actos.

Aunque su aspiración inconfesable sea dirigir la obra en el teatro.