En Calella de Palafrugell me alojo en el camping Moby Dick, un poco alejado de las playas y situado en la zona menos típica de Calella. Tras aposentarme, plantar la tienda y comer me doy un largo paseo durante la tarde. A pesar de la lluvia, la temperatura hace muy agradable el deambular por las pequeñas playas, las callejuelas, las "Vueltas" porticadas. Me resulta un lugar agradable, en el que pasar periodos más largos de vacaciones no me importaría.
Después de madrugar, al día siguiente me pongo en marcha muy temprano.
Vista de conjunto de Calella, poco después de amanecer.
Calella al fondo y en primer plano el paseo de ronda en un tramo realamente agradable.
Otra vez la Costa Brava con sus acantilados de roca dorada y sus pinares.
Amplia vista de todo el conjunto de Calella.
Un pescador madrugador en un día caluroso
A veces el roquedo costero semeja abruptos paisajes chinos
Palamós a la vista y en primer plano densos pinares
Más acantilados y pinares
Entre la cala de Cap de Planes y la playa del Canyers la caída de la costa se suaviza y las playas son de arena más blanquecina. Es una hondonada cubierta de pinos. Dice Josep Pla sobre este tramo de costa: “Pocos lugares hay en la costa que presenten en invierno días más agradables, rincones más abrigados, parajes de más luminosidad y calma que los que ofrecen estas playas (En esa época aún eran vírgenes de multitudes)
El acceso a cala Estreta es más habitual desde el mar en los años sesenta, ya que su acceso por tierra era relativamente difícil, sin embargo los turistas ya lo consideraban una escala obligada en sus excursiones veraniegas. “Un baño de impresión en una de estas playas, un mediodía de invierno soleado es una inyección de vida”
Entre estas playas, algunos personajes extranjeros se construyeron residencias, como es el caso del barón Inskape quien la mandó construir sobre la cala Saniá. Esta playa era propiedad del Marqués de Amurrio
