¿QUIEN HA DESPILFARRADO?
Al parecer ha sido el despilfarro lo que
ahora nos obliga a apretarnos el
cinturón hasta extremos que rayan la anorexia, en una economía cada vez más
precaria.
Yo me pregunto ¿Cuántos de esos cinco millones
largos de parados han vivido por encima de sus posibilidades? Desde luego lo
que está claro que hoy en día lo hacen muy por debajo de la media, no solo
europea, sino de la que se podría considerar simplemente digna. Yo mismo
considero de mí y de muchos de los que conozco, que no he vivido por encima por
encima de nada. Hace bastante tiempo que vivía con el sueldo congelado. Hace
dos años lo bajaron un 5% y hoy nuevamente me lo vuelven a congelar, con el
agravante de que además me suben el IRPF, impuesto que no puedo esconder y menos,
evadir a ningún paraíso fiscal.
A estas alturas de la crisis, cuando a mucha
gente se le oye hablar de la prima de riesgo con toda familiaridad como si
fuese un término aprendido en la escuela, sabemos, a través del bombardeo de
noticias y de numerosos correos de internet, quien ha despilfarrado realmente o
ha vivido por encima de sus posibilidades.
Podemos empezar por los beneficiarios de esta
crisis, cuya responsabilidad será difícil evaluar en toda su extensión, como
también la acumulación de ganancias en mitad de la debacle. Se trata, como no,
de los banqueros y los bancos. Hasta los políticos, de los que luego
hablaremos, denunciaron como “obscenos” los cobros de prejubilaciones
millonarias o los bonus que se llevaban muchos directivos de bancos, parte de
los cuales reunían el mérito de haber contribuido con verdadero entusiasmo a la
ruina de los mismos. En España hay casos sangrantes que todo el mundo conoce
como el de la caja de Ahorros del Mediterraneo o Caixa Galicia. Los
protagonistas, que sepamos, no han pasado por ningún tribunal, ni se les ha
pedido que devuelvan, lo que “legalmente” se han llevado, pero éticamente han
robado y esquilmado. Si algo me queda claro es que el sistema capitalista
premia a los ladrones y mangantes y que ser antisistema debería ser obligatorio
y enseñarse en asignaturas como Ética o Ciudadanía.
Pero vayamos a lo concreto, los nombres
propios de protagonistas aventajados que habiendo contribuido a agrandar el
agujero de las deudas, no contribuyen ahora a arrimar el hombro y pagar su
parte.
El señor Botín y su familia ya han sido
señalados como grandes evasores de dinero hacia paraísos fiscales. Dinero que
nadie con autoridad les reclama y que tampoco sabremos cual es el montante que
alcanza. El señor Goirigolzarri, nuevo presidente de Bankia, esa ruina
galopante, es buena muestra de esa obscenidad insultante con la que se exhiben
los verdaderos inductores de la situación económica en la que nos encontramos.
Nada menos que 53 millones cobrará de jubilación cuando cumpla los 65 años, de
acuerdo con lo pactado con su propio exbanco el BBVA. Calculo que sería el
equivalente a los sueldos acumulados de cincuenta trabajadores a lo largo de
toda su vida laboral. ¿Qué trabajo hay que merezca semejante retribución? De
entrada hay que pensar que no es siquiera un trabajo, sino un pacto con algún
diablo de otro planeta, donde el dinero crece en los árboles o se recoge como
las piedras del suelo, a capazadas.
El mismo señor Rato, a quien alguien llamaba
eufemísticamente “Rata”, por lo rápido que abandona los proyectos que hacen
agua o se arruinan, también lleva un buen saco repleto de billetes, para cobrar
los servicios prestados ¿Qué servicios son esos y a quien se los ha prestado
para embolsarse 2,3 millones anuales? ¿Quién le puede considerar un
perjudicado, al pobrecito por habérsele reducido dicho sueldo anual a solo
seiscientos mil euros anuales (veinte años de trabajo de cualquier trabajador
más que normal)?
Nadie se ajusta, ni se aprieta el cinturón en
este gremio. No solo les ha mimado el Estado, sin exigirles contraprestaciones,
sino que el Banco Central Europeo, a los únicos que presta dinero es a ellos, a
los banqueros particulares y no a los países a los que ahora exige cumplir unos
plazos de déficit demenciales.
En las películas, la Mafia suele prestar
dinero a los ludópatas hasta que sus deudas contraídas son impagables y acaban
por tenerlos completamente a su merced. Los plazos perentorios en los que se
exige a Grecia, España, Portugal…para saldar su deuda y llegar al sacrosanto
déficit cero son de una esencia mafiosa que da miedo. Se ha jugado a un
despilfarro generalizado en el que los que tenían el grifo del dinero, lo
abrían a voluntad y sin mucho control, mientras les beneficiaba. Cuando las
deudas que generaba esa riada de dinero resultaban impagables, entonces han
decidido cerrar el grifo y empezar a pedir cuentas, pero no a los verdaderos
despilfarradores sino sobre todo a los que no tenían la oportunidad de hacerlo
porque siempre hemos vivido con lo justo, un sueldo bien vigilado y totalmente
transparente para hacienda y a aquellos que ya ni siquiera gozan de un mísero
sueldo del que descontar un euro para los capos.
Pero he dejado a medias el recuento de
responsables. En un segundo escalón pondría a todos aquellos políticos que han
tenido la brillante idea de pasar a la posteridad por obras faraónicas que son
el ejemplo más visible de despilfarro. Aeropuertos que nunca llegarán a
funcionar como tales, Exposiciones Universales que con la coartada de atraer
ingentes capitales lo que traen consigo son enormes gastos que acaban por pagar
los ciudadanos con subidas de impuestos y tarifas. Estudios de cine que
pretenden emular a Hollywood con enormes hangares, en los que jamás se rodará
ni una película. Circuitos urbanos que lo único que dejan en el lugar que
ocupan es un aumento insoportable de los decibelios. Los parques temáticos, los
campos de golf, las urbanizaciones que generan comisiones, mordidas,
especulación. Dinero y más dinero que se queda en contados bolsillos y que
ahora pagamos entre casi todos, excepto precisamente los que se beneficiaron de
esas ilegalidades consentidas.
A esos que hemos mencionado hasta aquí habría
que añadir a todos los políticos que se aprovechan de sus cargos para cobrar
prebendas, abusar del uso de coches oficiales, contratar asesores sin medida,
permitir la entrada de familiares en puestos de trabajo ex profeso para ellos.
Añadamos además las ayudas ingentes a una Iglesia que en ningún momento ha
tomado partido por los que están siendo desposeídos y otra vez más se pone del
lado de los ganadores, beneficiándose con ello de manera descarada.
A partir de ahí, además de todos los
empresarios que defraudan a hacienda, personajes famosos, deportistas…que
también lo hacen, veríamos que parte de responsabilidad tienen los que,
engañados por tener un trabajo, que creían les iba a durar y por unos bancos
que les alentaban a invertir su escaso dinero en ser propietarios, entraron en
la rueda de convertirse en deudores. La mayoría de estos van quedando en la
cuneta, con sus pisos embargados en manos de los bancos y con poca esperanza de
volver a la situación que vivieron hace solo unos años.
Si se hubiera seguido el orden de
responsabilidad a la hora de pagar, no haría falta tocar la sanidad, ni la
educación, ni las pensiones. Pero la historia se repite y los que siempre
tuvieron la sartén por el mango y que nunca la soltaron, quieren hacernos creer
que el estado de bienestar es tan solo un espejismo o un sueño del que es
inevitable despertar
hacia una pesadilla de desigualdad y falta de
justicia.
Aún estamos a tiempo de impedirlo y debiéramos
aplicarnos a ello, antes de que sea tarde.