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martes, 21 de junio de 2011

En la década de los 90, fue Argelia el país africano que con más frecuencia acaparó letra impresa en la prensa, al menos en España. Una enorme sangría,  que duró más de quince años, en la que, hace tiempo, el número de muertos superó los cien mil.

Europa no es ajena a esta sinrazón, pues no aceptó los resultados electorales que dieron la victoria a los islamistas, quizá como parte interesada en algo más que salvaguardar la democracia,  en un país de enormes recursos energéticos.

La coartada fue el "integrismo", erigido en enemigo público número uno, tras la caída del comunismo  en la URSS y de su desintegración.

No digamos nada tras los acontecimientos del once de septiembre de 2001, en que la guerra abierta contra él, es objetivo prioritario de la política de Estados Unidos ya sea en su versión talibán o palestina.



También Liberia nos dejó testimonios gráficos bestiales, al igual que Sierra Leona, donde continúa el desaguisado, concretado ahora en los miles de niños soldados que han de volver a la normalidad, tras haber sufrido y protagonizado el horror de atrocidades sin cuento. Los miles de mutilados que también han de rehacer su vida

La catástrofe en Rwanda y Burundi nos acompañó tiempo. 
Sus legiones de almas vagabundas huyendo de la muerte con  la pasividad rotunda de los altos organismos internacionales.
 Al hacer ver que se iban, los colonizadores dejaron sembrada la semilla de la discordia, más fuerte que cualquier desavenencia anterior entre hutus y tutsis.

Los paisajes más idílicos de esos dos países albergan los gorilas de montaña, quizá los más tímidos entre todas las especies con las que guardamos lejanos parentescos biológicos. Ellos también han sufrido en el caos desatado y en este instante su destino es un enigma.

Entre los hombres, los que se saben vivos tienen presentes  las visiones recientes y olvidar es difícil, más  aún cuando la miseria atenaza a la mayoría. Es difícil ponerse en situación para alcanzar a imaginar la pesadilla vivida y presente, y  olvidarla.

¿Cómo borrar los recuerdos de golpe si están presentes en la ruina que se extiende hacia los cuatro puntos cardinales? (artículos de John Carlín)

jánovas (Hiroshima mon amour)

JÁNOVAS

(Hiroshima, mon amour)


Hay balas de fogueo en la tierra de nadie,
agujeros oscuros en las blancas paredes.
Se estremeció la cal al aguacero
y acabó consumida por fuego de fusiles,
jugando a hacer la guerra,
donde ya no hay lugar para los niños.

Parajes, que en nada se asemejan
al seco Castellar o las Bardenas,
a las puertas de Ordesa,
a tiro de piedra de los quebrantahuesos.

Qué país de milicos y sueños agostados,
bajo el peso rotundo de los alumbradores
de fincas como patrias,
de patrias que son fincas
aunque haya democracia 
y el bienestar anude una mordaza
en torno a nuestros labios.