En
muchas de ellas, los caminos de ronda desaparecen porque la ocupación llega
hasta el límite mismo de los acantilados. Intento imaginar el coste que habrá
supuesto llevar agua y electricidad a tantas viviendas y
no
sé si soy capaz de hacerlo. Es raro cruzarse con gente del país en estos
espacios. Franceses, belgas, alemanes, holandeses…ocupan estas urbanizaciones,
imagino que como propietarios de los chalets. No sé hasta que punto se habrán enriquecido
los caciques y terratenientes locales, pero lo que es un hecho es que buena
parte de la costa está en manos extranjeras. Como me decía un hombre, cuando le
hice notar la cantidad de alemanes que había en Rosas: “Somos internacionales”.
Y es cierto que cuanto más cosmopolitismo mejor, pero me gustaría saber qué
parte de esos extranjeros acaba por interesarse, al menos un poco, por el lugar
y la gente, en y junto a la que vive y no se limita a tomar el sol, bañarse,
comer, dormir, cagar…
¿Está
suficientemente pagada, vía impuestos, la ocupación del territorio por parte de
estos propietarios de más allá del Pirineo? Los alemanes que se cansan de
Mallorca o han encontrado otros chollos, ponen en venta sus propiedades. Con
los negocios que han hecho en el Mediterráneo ¿Qué se les debe realmente? Más
de lo que ocuparon por la fuerza, militarmente
en su momento, lo han ocupado económicamente con posterioridad y también con
prepotencia. Si pensamos un poco, pocos países hay tan “ocupados”, incluso ya
de forma permanente como España. El poder del dinero ha hecho maravillas. Se hacen
leyes en Europa para prevenir la ocupación excesiva y arbitraria de lugares con
alto valor paisajístico, pero quienes ocupan esos espacios saturados y sobreexplotados
son los mismos ciudadanos de países que defienden, se supone, principios
ecológicos y de sostenibilidad. Al final cada palo se tiene que aguantar su
vela y los que tienen que denunciar e intentar que el desmadre no sea infinito,
son los que viven cerca de los desaguisados. Ahora bien, tan grande como el que
se ha ido perpetrando en este país, será difícil que se haya producido en
ningún otro.