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viernes, 16 de agosto de 2013


En muchas de ellas, los caminos de ronda desaparecen porque la ocupación llega hasta el límite mismo de los acantilados. Intento imaginar el coste que habrá supuesto llevar agua y electricidad a tantas viviendas y
no sé si soy capaz de hacerlo. Es raro cruzarse con gente del país en estos espacios. Franceses, belgas, alemanes, holandeses…ocupan estas urbanizaciones, imagino que como propietarios de los chalets. No sé hasta que punto se habrán enriquecido los caciques y terratenientes locales, pero lo que es un hecho es que buena parte de la costa está en manos extranjeras. Como me decía un hombre, cuando le hice notar la cantidad de alemanes que había en Rosas: “Somos internacionales”. Y es cierto que cuanto más cosmopolitismo mejor, pero me gustaría saber qué parte de esos extranjeros acaba por interesarse, al menos un poco, por el lugar y la gente, en y junto a la que vive y no se limita a tomar el sol, bañarse, comer, dormir, cagar…
¿Está suficientemente pagada, vía impuestos, la ocupación del territorio por parte de estos propietarios de más allá del Pirineo? Los alemanes que se cansan de Mallorca o han encontrado otros chollos, ponen en venta sus propiedades. Con los negocios que han hecho en el Mediterráneo ¿Qué se les debe realmente? Más de lo que ocuparon  por la fuerza, militarmente en su momento, lo han ocupado económicamente con posterioridad y también con prepotencia. Si pensamos un poco, pocos países hay tan “ocupados”, incluso ya de forma permanente como España. El poder del dinero ha hecho maravillas. Se hacen leyes en Europa para prevenir la ocupación excesiva y arbitraria de lugares con alto valor paisajístico, pero quienes ocupan esos espacios saturados y sobreexplotados son los mismos ciudadanos de países que defienden, se supone, principios ecológicos y de sostenibilidad. Al final cada palo se tiene que aguantar su vela y los que tienen que denunciar e intentar que el desmadre no sea infinito, son los que viven cerca de los desaguisados. Ahora bien, tan grande como el que se ha ido perpetrando en este país, será difícil que se haya producido en ningún otro.

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