ESPEJOS
Espejos de obsidiana y de metal pulido, además de los ojos de otro en que mirarse, sirvieron para conocer la imagen de uno mismo, conocer la verdad de la huella del tiempo a través de la mirada, o poder disfrazarla.
Narciso ha mirado el reflejo sobre el agua. Por primera vez ve su imagen. No sabe que se trata de él mismo y se enamora de su perfil acuoso, sin poder soportar que, al hundirse sus manos, con idea de acariciar el rostro, este desaparece. No puede concebir que tanta belleza sea inmaterial y no pueda gozarla. Así, desesperadamente, sobreviene la muerte de Narciso.
El espejo sincero del cuento de Blancanieves siempre decía la verdad y así le fue. Por ser demasiado locuaz acabó hecho añicos.
Incluso siendo mágico un espejo destaca por ser frágil y no engañar al que se mira en él cada mañana al levantarse y, al ver cambios que no desea, solo quiere romperlo o que le mienta.
En el retrato de Dorian Grey, el espejo no deja de mentir, mientras la imagen real del personaje va adquiriendo, en el cuadro, no solo la fealdad propia que aporta la vejez, sino el horror que añade al rostro la desnudez de un alma depravada, con rasgos que solo la locura sería capaz de concebir.
Orson Welles se esconde en los espejos, la cara del miedo repetida hasta el infinito.Uno a uno se rompen, hasta que el tercer hombre queda al descubierto y corre por las calles de una Viena desierta, entristecida. La larga sombra fugitiva ha dejado el refugio del espejo para huir hundida en las cloacas, donde ya no hay engaño posible para eludir la muerte.
He buscado historias sobre espejos y en todas ellas su otro lado, el que ocupa el reflejo aparente de lo real, también está habitado.
¿Qué es más real, la materia o su reflejo?
¿Cual de los dos lados del espejo es el verdadero?