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domingo, 5 de abril de 2020


JULIO DE 2013 DE TARRAGONA A BURRIANA




Aún no ha amanecido en San Carles de la Rápita. Los tractores que apisonan la tierra son ruidosos fantasmas con la boca y los ojos de luz.
 
 
 
 

Los chalets, a pie de playa, reciben silenciosos el amanecer 
 






El mar es una balsa. Se va quedando atrás el perfil alargado y plano de la embocadura del Delta. Un fino cordel de innumerables y diminutas luces acariciando el gris del mar y del cielo











La playa solitaria regala la frescura de su arena a mis pies descalzos, que afrontan una nueva jornada de camino



Al acabar la playa, la costa se hace un poco más abrupta, aunque no lo suficiente como para no recorrer su orilla. Al fondo se adivina un espigón


Más bunkers semienterrados. Siniestras estructuras abandonadas. Nos recuerdan un pasado no muy lejano. Parecen yelmos gigantes de titanes futuristas. Producto, sin embargo, de nuestra historia reciente.


 
 
 





Los palmitos a contraluz añaden un contraste amable  frente ala fría visión de las moles de cemento





Cuanto madruga el pescador y qué ajeno a mi paso


Las construcciones casi engullen la costa, una constante en esta parte del Levante español



 



El sol asoma, tímido para colorear el gris vibrante del mar. Rasga con suavidad las nubes


 



 
Pronto se abrirá paso siguiendo la estela luminosa de sus rayos

 



 


 




Una enorme pita nos dice mucho sobre la amabilidad del clima






Playas de piedra menuda se entreveran con pinares y viejas urbanizaciones

Cuanto abundan los feos cabezudos de cemento


Aún no se ve el sol, pero lanza sus rayos por encima de las nubes y se reflejan en un mar apacible.



Mirando hacia el sur ya se empieza a distinguir el perfil de lo que puede ser un complejo industrial


Una residencia, hotel, o lo que sea, casi  invade la playa. Al menos me consuela que no esté cortado el paso como ocurre en otros lugares.





 

La España  desarrollista nos dejó estampas como esta. La Fábrica de Cementos Portland de Alcanar desaguando directamente al Mediterraneo sus desechos













 
En Alcanar, es donde se encuentra la fábrica de cemento de Portland. También es el municipio en el que se produjo la tragedia de los Alfaques. El 11 de julio de 1978, un camión cargado de propileno explotó y acabó con la vida de 215 personas, muchas de ellas turistas extranjeros que se encontraban en un camping cercano, franceses, belgas, holandeses y alemanes.

https://www.lavanguardia.com/vida/20180711/45813941477/tragedia-alfaques.HTML

 

Entre la cementera y Alcanar, junto a las playas, aparecen chalets abandonados y vacios, que producen una sensación extraña, aunque no será la primera ni la última vez que aparecen lugares así,  fantasmagóricos, entre tanta saturación de lugares abarrotados
 








Llego a Alcanar temprano aún, con su pedregosa playa totalmente vacía. Alli me paro a desayunar.








Una larga hilera de palmeras flanquea el paseo marítimo de las Cases de Alcanar





La playa del Marjal  es larga y se anda por ella con facilidad


Otra vez los búnkers



Acabada las playas de l Estanyet y la de Cases de Albacar, una potente escollera de grandes bolos de piedra







Comienza una zona de acantilado




La desembocadura de otro río, el Cenia, menguado en su final.  Ni siquiera llega a desembocar en el mar. Una constante en toda la costa mediterránea. Justamente aquí está el límite entre Cataluña y la Comunidad Valenciana


Pequeñas y tortuosas  calas de piedras


S


Se suceden calas como las de Playa del Riu de la Senia, la cala del Sol de Riu, la playa de las Deveses, la Cala de les Timbes. Muchas de ellas tienen enormes rocas ocupando parte de su espacio




















Una zona de costa recortada, sin playas me obliga a separarme de la orilla











 
Raices retorcidas por el viento












Un pequeño descanso para darme un baño reparador, tras unas cuantas horas de marcha














La mayoría de las calas de esta zona parecen de una roca frágil, que se derrumba con facilidad sobre las orillas. Aún así hay rincones agradables.

Otras calas son, la de la Foradada, la playa de les Cales, la Cala del Pastor, las Calas del Triador, la Cala del Pinar




 








 
Algunas calas muestran la fragilidad de las precarias construcciones




Otras calas, la del Saldonar y la dels Cossis, la ultima antes de llegar a Vinaroz
 
Varias urbanizaciones intercaladas con las calas nos acercan a Vinaroz


Es día de mercado en Vinaroz

https://www.vinaroz.com/





Otro cauce ejemplar de esos que hacen que me explique por qué se pide agua en la costa mediterránea.La suya la gastan hasta la extenuación. Cuantas cosas tienen que cambiar




Otra vez aparece la costa plagada de turistas, que en pleno julio pasean en abundancia por los  paseos marítimos

En Vinaroz, la primara playa se llama, irónicamente, del Río y nos acerca hasta el puerto.






 




Tras el puerto, la pequeña playa del Clot y muy cerca la plaza de toros



 
Vuelta a las playas de piedra, otra vez, Cala del Fondo de Bola, Cala de les Roques, Cala del Puntal


Atrás se queda Vinaroz









Otro cauce fallido que no llega a tocar el mar, junto a la playa de Aiguaoliva.






Una larga y estrecha línea de playa bajo un acantilado  no muy alto













No se ve un alma en esta playa de piedras, salvo las gaviotas que se mecen en la orilla del mar


Playa Perrochos

Un lugar curioso








Mi destino de esta jornada, Benicarló. Hoy es el último día del Ramadán para los musulmanes, es algo que se nota en la ciudad, donde hay una comunidad bastante numerosa.
 








A lo lejos, el castillo de Peñíscola




La playa de Benicarló de atardecida y al fondo, el espigón del puerto




Las luces del paseo marítimo de Peñíscola