Entradas populares

sábado, 1 de febrero de 2020

Sutil como el aliento,
la luz rebaña el hielo
como si fuese azúcar
sin que se mueva un grano,
esparcido en la roca
como un breve milagro
que guardará la noche
y se llevará el alba.

Entre belleza y miedo, todo cabe.
Como extremos de un mismo universo real y subjetivo.
Sembrados a partes desiguales,
pues la belleza parece ser más un concepto o un sentimiento efímero
que embriaga a quien no está anulado por el miedo´
y solo ve fantasmas, donde otros ven el resplandor de estrellas.
Penacho de carnaval sin rostro. Un invierno quebrado por la ausencia verdadera del frío, que viene a capazadas inhóspitas y breves, con aire huracanado y marejada súbita, con nieve que parece la de antaño, pero a la que sucede un rápido deshielo ¿Año de nieves? ¿Año de bienes? ¿Quién cree ya en refranes cuando ya casi han muerto casi todos los que los pudieron creer a pies juntillas? Me molesta cada vez más profundamente quien niega lo evidente y además se burla y lo proclama con insultante sorna y prepotencia. Ya pronto será tarde al ritmo que llevamos para que nada cambie y todo cambie irremisiblemente.
 
Texturas de un hielo que no lo es tanto. Confusa geometría de estrechos y diminutos laberintos traslúcidos


Respirar vegetal. Se abre paso el calor de la hierba hacia el , horadando alveolos salvadores
 Geométrica pureza de la umbría. Triángulos de azúcar bordados en el lecho del arroyo



Cuantas bordas en pie, en las que nadie entra.
Hay un olor, en ellas, a frío y abandono
enmarcado en viejas piedras a las que tuesta el sol.

 
CORAZONES PARTÍOS.
Sobre las viejas rocas, los líquenes dibujan corazones. La lluvia, el viento, el sol, moldean su perfil y pintan el color de su perfil o le otorgan ese brillo azulado. Pequeños universos que apenas son mirados.