Tras
la Badía de Joncols, el camino de la GR92 deja a la izquierda un gran
promontorio que acaba en las islas Mónicas, el cap de Norfeu, muy agreste y
vestido de un pinar a corros. Por
primera vez me encuentro con una pareja que hace el mismo camino que yo, aunque
sea al contrario. Es un trozo agradable de andar porque la hierba es alta y los
pinos proporcionan su preciosa sombra al mediodía. Hay alguna pequeña playa,
casi inaccesible y varias de ellas muy agradables, antes de llegar a Cala
Montjoi; entre ellas están cala Callitjás y Cala Pelosa, , de gran tradición
pesquera y protegida de la Tramontana por el Cap Norfeu. Por esto último sirvió
como refugio de las barcas de pesca. En
esta playa paré a almorzar en un chiringuito que en ese momento gozaba de una
sombra fresca y deliciosa. El de los lugares a los que me apetecería volver
para disfrutarlo con más detenimiento.
Cerca
de esta playa se instaló un campo de concentración republicano, durante la Guerra
Civil.
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