A
pesar de que me habían asegurado que ya no se cruzaría en mi camino a L´Escala
ninguna desembocadura más de aiguamoll, resultó que si la había y el no poder
cruzarla a pie me ha supuesto más de hora y media de camino extra. Eso sí “moll
maco” todo el trayecto de más. Es la primera vez que veo que un banco (de esos
que guardan dinero, me refiero), hace un favor desinteresadamente, al poner un
banco (de sentarse) a su entrada, para que cualquiera pueda descansar un rato.
Después
del largo paseo hasta San Pere Pescador, para volver casi al mismo punto me
encuentro con un parado que viene desde Barcelona, haciendo el mismo recorrido
que yo, pero de sur a norte. Le digo lo de la vuelta que he tenido que dar,
pero él parece dispuesto a atravesar la desembocadura, aunque sea a nado. Me
olvido de hacer una foto para inmortalizar ese momento. Me dice que como no
tiene más que hacer, se le ha ocurrido emprender esa marcha. Me habla de playas
muy acogedoras en las que ha pasado la noche y tras un rato corto de charla, nos
despedimos.
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