DESAPARECIDOS
Estas navidades tuve la
oportunidad de contemplar la exposición “Desaparecidos” del reportero y
fotógrafo Gervasio Sánchez. La visita a dicha exposición estuvo guiada por él
mismo, quien sala por sala nos fue explicando el contenido y el significado de
las decenas de fotografías que componían la muestra. En 122 fotografías y un
centenar de retratos, el autor repasa la historia de los desaparecidos en
América del Sur, en Asia y en Europa, desde las últimas décadas del siglo XX
hasta 2010. Incluye también una incursión final en las desapariciones, durante
y después de la Guerra
Civil , en su propio país, que como todos sabemos ha intentado
a través de la llamada “Recuperación de la Memoria Histórica ”,
aclarar definitivamente un episodio sangrante, inconcluso y dado por cerrado, en falso, durante la
llamada Transición.
Aparecen imágenes de Chile,
Argentina, Perú, Colombia, El Salvador, Guatemala, Irak, Camboya,
Bosnia-Herzegovina y España, tomadas entre los años 1998 y 2010. Además de
fotografiar las fosas comunes en las que han aparecido los restos de los
desaparecidos, el fotógrafo nos muestra los centros de tortura, que en algunos
casos albergaron miles de presos de todas las edades. En el caso de Camboya,
como en el de los campos de concentración nazis, se han convertido en museos
del horror, que quizá puedan ayudar a que episodios como estos no se repitan.
Gervasio Sánchez explica
gráficamente el proceso que lleva a los supervivientes, los que han vivido para
contarlo, a la búsqueda de sus seres queridos en todos aquellos lugares por los
que presumiblemente pasaron. En el caso de Argentina, muchos desaparecidos
fueron a parar al fondo del mar, como al parecer le ocurrió a Bin Laden, por lo
que su búsqueda resulta hoy imposible. “Muestra las instalaciones donde hacían
desaparecer a las víctimas -prisiones, acuartelamientos centros de detención-,
sus objetos, el "único vínculo físico", y hasta los trabajos
de exhumación e identificación”. Aparecen también “madres con
los objetos de sus hijos secuestrados y desaparecidos en Guatemala, o
una fosa, encontrada en 2003 en Iraq, con los restos de más de 3.000 personas
asesinadas en 1991 bajo el régimen de Sadam Husein”. Sánchez ha explicado que
para llevar a cabo este proyecto, que siempre tuvo en mente desde 1984, aunque
lo inició en 1998, ha
tenido que "sentir el impacto del dolor" para poder transmitirlo
después con "decencia".
"Estuve una hora solo, porque quería estar solo sintiendo la losa del dolor, recorriendo una instalación de unos250 metros cuadrados
con más de 4.000 bolsas de restos humanos en Tuzla (Bosnia-Herzegovina)".
A diferencia de otros países como Colombia, Bosnia o Guatemala, en España, ha
comentado Sánchez, no se ha planteado con "seriedad" la
búsqueda de los desaparecidos porque la clase política, en la que
incluye a todos los partidos, "también los de izquierdas", han
actuado con "cobardía".
"Empecé a escarbar en nuestro país después de que una periodista dela Agencia Efe me lo
preguntara en 2008, y me encontré con una situación brutal de dolor, similar a
la que vi en otros países, como Guatemala" ha explicado. Hay quien afirma
que se trata de fotoperiodismo de
denuncia en estado puro, son fotos que recuerdan el horror, el dolor, la
impotencia, el silencio y el olvido. El horror de la tortura y el crimen, el
dolor de los familiares, la impotencia de la cordura frente la barbarie, el
silencio cómplice de los encubridores y el olvido de los estragos de los
criminales.
"Estuve una hora solo, porque quería estar solo sintiendo la losa del dolor, recorriendo una instalación de unos
"Empecé a escarbar en nuestro país después de que una periodista de
En el caso de España, el
tiempo transcurrido desde las desapariciones es mucho. Resulta mucho más
difícil no solo dar con las fosas comunes, sino poder identificar a las
víctimas. Esta labor, como bien sabemos, tiene detractores muy influyentes que
han llegado a sentar en el banquillo a un juez por atreverse a llevar a los
tribunales los crímenes del largo periodo franquista. Es una paradoja que lo que en otros países ya se ha hecho,
como es permitir que los vivos sepan donde están sus muertos, en España siga
siendo casi un imposible.
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