Al acercarse a Tossa, Josep Pla escribe sobre los pueblos antiguos que habitaron esta zona. Hace referencia a un libro de Alberto del Castillo” El poblamiento entre Blanes y san Feliu” en el que aparecen señalados algunos rasgos comunes de esos pueblos que habitaban desde Barcelona al pirineo: poblados en las alturas, necrópolis, cerámica negroide lisa de tradición céltica, cerámica rojiza pintada ibérica, pesas de telar, armas y objetos de hierro, muelas de molino y poco más. Se trataba por lo tanto de una cultura modesta. También se encuentran objetos de importación que muestran el comercio con los colonizadores griegos y más tarde romanos. El historiador cree que el promontorio de Tossa pudo estar ocupado por un poblado ibérico y más tarde, los restos arqueológicos detectan un recinto fortificado romano. La villa dels Ametllers es el resto arqueológico de época romana más conocido desde 1914. Se encontró en ella un mosaico del siglo IV dC. Se encontraron todos los equipamentos de una villa importante, emplazada en un lugar excelente.
La Villa vella de Tossa es el famoso recinto amurallado medieval del siglo XII da a Tossa su perfil característico. Parte del recinto amurallado y las torres desaparecieron en las primeras décadas del siglo XX. Este recinto defensivo se hizo necesario con las invasiones de los pueblos del mar. En la alta edad Media Tossa fue alodio del Monasterio de Ripoll. En el siglo XIII se llamaba Castrum de Tursia. El reverendo Soler de Morell era en los años sesenta el erudito de la historia de Tossa. Ya antes de la guerra civil Tossa destacaba como centro turístico de importancia para pintores, escultores, escritores y hombres de letras en general, tanto extranjeros como catalanes. André Masson o Marc Chagall son algunos de esos artistas. Esto naturalmente ya había registrado cambios en los años sesenta. Es uno de los lugares más valorados por Josep Pla, quien dice: lo mejor de Tossa es su aire, su luz, su perfil, su color, su vida… También dice Pla que en los últimos años Tossa de Mar se ha convertido en una verdadera baraúnda turística de un volumen fenomenal. Tossa se ha transformado totalmente y ha pasado a ser del remoto pueblo de pescadores y corchotaponeros de treinta años atrás, a una de las poblaciones de más afluencia turística de la Costa Brava..
LOS CABALLITOS Solo una vez al año, por septiembre, cuando aún jugábamos todos los días en la calle hasta hacerse de noche, llegaba el tiovivo, el único que adornaba la pequeña feria de barracas que durante tres días animaba la esquina entre la carretera, la Florida y los Soportales. Junto a él, la churrería de Lorenzo, donde supe por primera vez a qué sabían los churros. Me gustaba aplastarlos en el azúcar del fondo para endulzarlos. No eran muchos y por eso los degustaba despacio, mientras miraba dar vuelta al tiovivo de los caballitos. Así llamamos en adelante a todas las ferias, fuera grande o pequeña, los caballitos. Entonces todos eran caballos de madera fijados a una barra, subiendo y bajando. No había ambulancias, ni coches de bomberos o de carreras, motos o aviones. Eran caballos blancos, negros, tordos, pintados con colores brillantes y llamativos que se reflejaban en los fragmentos de espejos colocados como mosiacos, multiplicando las imágenes, las...
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