DESDE LA ALTURA
Imágenes nocturnas del planeta. Norteamérica y Europa rebañadas en luz, a vista de satélite. Oscura vastedad del corazón de África y la gran tripa de América del Sur. Se apiña la blancura en el extremo sur y este de Asia y a oscuras permanecen las estepas, los desiertos y las altas planicies del gran Tibet.
La intensidad de luz en nuestro globo marca aquellos lugares donde más y menos pueden llegar a verse las estrellas.
Sin duda, hoy somos más los que alumbramos de forma artificial la noche, incluso para adornar los monumentos y dar más valor a la postal que al inútil gesto del derroche.
Guerras interminables por controlar la energía e iluminar cada vez más espacio de la noche.
Junto a las costas atestadas de luces será difícil ver el tsunami lento al que ayudamos.
Se apagarán un día, bajo el agua, las farolas de los malecones, se cubrirán las costas con agua de deshielo y no solo Venecia ahogará sus torres y palacios bajo el fluir del agua. Serán, en esas fotos tomadas desde el cielo, candelas apagadas por un tiempo en que urge a poner remedio, cuando aún es un deseo el no herir más este hogar del que no somos dueños.
13-1-2007
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