Al siluro- Maestro y aprendiz. Quizá les gustaria más ir a la trucha, pero es lo que hay. De lo poco que hay diría yo, tras años del desastre que supuso la introducción de esos "monstruos" en la cuenca del Ebro.


El olmo de la imagen, La Olma, era un ejemplar de dicho árbol que, como tantos otros, murió por la enfermedad de la grafiosis. Los que la conocimos y disfrutamos, los que estuvimos albergados bajo su sombra, llegamos a amarlo como a un personaje más de un lugar diminuto, llamado Riocavado de la Sierra.
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