El olmo de la imagen, La Olma, era un ejemplar de dicho árbol que, como tantos otros, murió por la enfermedad de la grafiosis. Los que la conocimos y disfrutamos, los que estuvimos albergados bajo su sombra, llegamos a amarlo como a un personaje más de un lugar diminuto, llamado Riocavado de la Sierra.
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martes, 3 de abril de 2018
En el fuego de la hoguera hay quien quema parte de su pasado. No por olvidarlo, quizá por pasar página, por sentirse más ligero. Estos días hay una exposición (en Nueva York) de los dibujos de Miguel Ángel. Aunque nos gustaría que se conservasen la mayor parte de los miles que, al parecer, realizó, al parecer solo se conservan unos 600. Muchos de ellos los destruyó el propio artista. Sus razones tendría. También Brunelleschi dibujaba algunos diseños en objetos que luego destruía para que nadie pudiera copiar o robar sus originales ideas. En nuestra época, las cosas son muy diferentes y, artistas como Picasso ya tenían conciencia de lo que valía un trazo suyo y quizá tuvo a personas detrás recogiendo lo que él desechaba o arrinconaba de su obra.
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