África, mientras miramos a otra parte, nos miramos el ombligo, o estamos jugando con banderas y o banderías y la brecha de muerte en el Estrecho, se ensancha y nos hacemos los suecos o no decimos nada porque les reciban a pelotazos.

El olmo de la imagen, La Olma, era un ejemplar de dicho árbol que, como tantos otros, murió por la enfermedad de la grafiosis. Los que la conocimos y disfrutamos, los que estuvimos albergados bajo su sombra, llegamos a amarlo como a un personaje más de un lugar diminuto, llamado Riocavado de la Sierra.
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