Al llegar a l´Atmella de Mar me recibe la playa de Pixavaques, un lugar tranquilo, poco masificado y rodeado de Palmeras, pinos y bancales de piedra.
Sigo avanzando para adentrarme en el municipio y dejo atrás otra playa en forma de luna creciente, con dos espigones que forman un triángulo abierto.
Llego al puerto de l Atmella, de tamaño bastante considerable.
Tras alojarme en el hostal, salgo a dar un paseo, volviendo sobre mis pasos, recorriendo nuevamente el paseo marítimo y fotografiando lo que se puede observar desde allí
Parece un lugar turístico tranquilo, disfrutado por familias del país, sin la presencia de extranjeros que caracteriza otras zonas.
La tarde va cayendo y fotografio varios rincones del puerto además del bonito paseo elevado de l´Atmella
La Ametlla de Mar(en catalán l'Ametlla de Mar) es una población de la comarca catalana del Bajo Ebro, en la provincia de Tarragona (España). También se conoce por el nombre de La Cala.
Está situado en el centro del golfo de San Jorge, en el sur de Cataluña. Entre pequeñas calas y playas de arena fina blanca y otras de piedras donde los pinos tocan suavemente las aguas del mar Mediterráneo, generalmente cristalinas en esta zona, donde la naturaleza y el cielo se fusionan. La población, de unos 7.500 habitantes, es un típico pueblo de pescadores donde la actividad nunca cesa en su puerto que desprende esencia mediterránea en cada rincón.
Historia
Está situado en la zona costera entre el cabo de Terme en el norte y el barranco de la Áliga en el sur. Limita al sur con Perelló, al noroeste con Tivisa (Ribera de Ebro) y al nordeste con Vandellós (Bajo Campo).
Por los 14 km de costa que se extiende el término de La Ametlla de Mar hay diferentes núcleos dispersos de población (de norte a sur, siguiendo la costa):
La pesca continúa siendo una de las principales actividades del pueblo. El recinto portuario de Ametlla cuenta con un amplio grupo de barcas que se dedican a las artes del arrastre, el rodeo, el trasmallo, etc., y que cuenta también con la primera flota de atuneros de Cataluña.
La otra actividad económicamente potente del pueblo es el turismo y el sector servicios y comercio, que impulsan, conjuntamente, la creación de nuevos establecimientos locales para dar un mejor servicio a todos los turistas de L' Ametlla de Mar.
L'Ametlla de Mar cuenta con 16 kilómetros de una costa única con 30 calas y playas para todos los gustos, unas de arena fina y blanca, otras de piedras, rodeadas de pinares y con aguas cristalinas gracias a las enormes praderías de posidonia. L'Ametlla de Mar y es el segundo municipio de Cataluña con más banderas azules (5 playas + 1 del Club Náutico de l'Ametlla de Mar). Para los amantes del nudismo tienen a la su disposición la Cala del “Torrent del Pi” y para los que gusten de ir a la playa con sus mascotas disponen de Cala “Bon Caponet”. Algunas de sus playas tienen los accesos adaptados para personas con minusvalías.
- La actual calle de Andreu Llambrich, referente a un
antiguo alcalde de la población, anteriormente llevaba el nombre del rey Amadeo de Saboya. Se
le bautizó así en una visita que el monarca hizo a la población, en la
cual pidió que le enseñaran el mar, y lo condujeron por esta calle hasta
cerca del mar, en la punta de Bugarró. En la actualidad es muy usual entre
los vecinos de la villa referirse a esta vía como lo carrer Amadeo.
- En el Coll de Balaguer se colocaba un viejo
bandolero, nombrado "el Vell Pistol", que atracaba las
diligencias que hacían paso por esta formación montañosa del norte del
Bajo Ebro. De día era pescador en una pequeña embarcación del pueblo,
donde residía, y de noche desarrollaba su tarea de ladrón.
- En el año 1891, un barco griego, de nombre
Theotocos fuera de rumbo, embarrancó en la costa de La Ametlla de Mar. Sus
tripulantes, muertos de hambre y en una situación penosa, fueron acogidos
por los habitantes de la Cala, que les dieron hospedaje en casas
particulares. Los restos de los barcos no tuvieron la misma suerte. Los
caleros desmontaron las maderas y las aprovecharon como vigas en las
casas. En la actualidad, todavía se conservan.
- En abril de 1947 un gran temporal apaleó la Cala.
Los pescadores ya hacía rato que habían salido al trabajo, y sus familias
(en tierra) sufrían por lo que les hubiera podido pasar. Pasaban las horas
y los marineros todavía no habían vuelto. La desesperación era tan grande
que el cura del pueblo hizo sacar la Virgen de la Candelera hasta el
portal de "casa Mundeli". Como por arte de magia -cuentan los
ancianos-, la oscuridad se fue del cielo, el viento paró de soplar y en
poco tiempo las barcas volvieron a puerto. Desde este día los caleros y
caleres sienten una fuerte devoción por la Virgen.
Prolongo el paseo hasta que se encienden las luces de la ciudad, antes de caer la noche.
A la mañana siguiente, antes de que amanezca fotografío la soledad de las calles junto al puerto. Me encanta madrugar porque es la hora ideal para andar, por la temperatura, por la soledad y porque se aprovecha mucho mejor el día para andar sin que el calor se haga extremo.
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