Teniendo a la vista el puerto de Villanova y la Geltrú, se ve perfectamente la cercanía entre la vía del tren y la línea de costa, en un tramo abrupto, aunque de acantilados no muy altos.
Vuelven las playas de arena. La primera, llamada Playa del Faro de San Cristóbal, vuelve a tener un color casi asalmonado.
Tras el cap de San Pere, continúan las playas de aspecto artificial junto a un ancho y moderno paseo marítimo. Iremos pasando por Cunit, por Segur de Calafell, Calafell, San Salvador, Coma-ruga...
Las playas no tienen mucha anchura, pero si una continuidad constante a lo largo de quilómetros, lo que convierte a esta zona en una de las más frecuentadas por el turismo nacional y en un continuo urbanizado de enorme extensión.
En algunas payas, grupos de palmeras plantadas en mitad de su arena, rompen la monotonía de los arenales.
De vez en cuando me adentro por los paseos marítimos para no castigar demasiados mis pies y también por encontrar el refugio de algunas sombras. La mía, por cierto, se proyecta sobre el pavimento de uno de los paseos marítimos que se van sucediendo sin solución de continuidad.
Escudo del Casco Antiguo de Villanova y la Geltrú
Vuelven las playas de arena. La primera, llamada Playa del Faro de San Cristóbal, vuelve a tener un color casi asalmonado.
Nuevamente aparece un búnker, camuflado con el mismo color de las rocas. No tiene la perfección de otros en su ejecución, pero aporta ese aspecto un poco siniestro que la mayoría tienen.
En los sucesivos quilómetros se van uniendo las playas, con pequeñas interrupciones de acantilados de pequeña altura. Al puerto de Villanova suceden las playas de Ribes Roges ( en la que encontramos la escultura en bronce de Oscar Estruga Villanova), y otras más pequeñas hasta la Punta de San Gervasi. Tras un breve tramo de roquedales y de un espigón que apenas separa las vías del tren de la línea de mar, se llega a las playas de Cubells, una sucesión de playas semicirculares, protegidas con espigones transversales. Así llegamos a la riera de Foix, junto al cap de Sant Pere.
Se trata de una escultura que representa a un toro de grandes cuernos, en cuyo seno se encuentra una mujer.
Tras el cap de San Pere, continúan las playas de aspecto artificial junto a un ancho y moderno paseo marítimo. Iremos pasando por Cunit, por Segur de Calafell, Calafell, San Salvador, Coma-ruga...
Las playas no tienen mucha anchura, pero si una continuidad constante a lo largo de quilómetros, lo que convierte a esta zona en una de las más frecuentadas por el turismo nacional y en un continuo urbanizado de enorme extensión.
En algunas payas, grupos de palmeras plantadas en mitad de su arena, rompen la monotonía de los arenales.
De vez en cuando me adentro por los paseos marítimos para no castigar demasiados mis pies y también por encontrar el refugio de algunas sombras. La mía, por cierto, se proyecta sobre el pavimento de uno de los paseos marítimos que se van sucediendo sin solución de continuidad.
Villanova y la Geltrú es la capital de la comarca del Garraf. Se sitúa a 42km de Barcelona y a 50 km de Tarragona.
Cuenta la leyenda que la villa nueva nació porque el señor feudal de la Geltrú promulgó una ley según la cual, cuando una joven se casaba, tenía que pasar su primera noche con él por el llamado "derecho de pernada", y muchos geltrunenses se fueron, instalándose cerca del mar, en territorios de Cubellas, fundando la Villa Nueva de Cubellas. Con el tiempo ambas crecieron hasta convertirse en una sola. Villanueva y Geltrú fue fundada, oficialmente, en 1274 cuando el rey Jaime I le concedió la Carta Puebla, y tiene una larga historia que se traduce en numerosos puntos de interés cultural.
Una preciosa calla de Villanova.
A mediados del siglo XVIII, cuando el rey
Carlos III permitió que Vilanova comerciara con América, la ciudad vivió una
efervescencia económica muy importante. Un progreso que no se limita a una
acumulación de riquezas, sino que reporta una inversión en cultura. Es entonces
cuando se fundan las primeras sociedades recreativas, lugares de encuentro y
distracción.
A principios del siglo XIX, aparecen los
majestuosos jardines de reunión dándole un aspecto de gran ciudad alegre
debido, en gran parte, al contacto que con la isla de Cuba iba adquiriendo.
Este ambiente festivo y cultural ya no
abandonaría la ciudad, y aquello que empezó como jardines de esparcimiento dio
lugar a espacios para espectáculos permanentes y a cubierto.
En 1804, Pedro Gumá erigió el primer teatro de
Vilanova: la Sala, un espacio de planta cuadrada, con bóvedas, que servía tanto
de teatro como de sala de baile.
La época dorada de la ciudad fue durante el
Romanticismo, periodo que se refleja magníficamente en edificios como el Museo
Víctor Balaguer, construido por el que fue el último ministro de Ultramar
español. Encontramos palacetes y mansiones de interés como la Casa Renard,
Foment Vilanoví, Casa Cabanyes, Casa Samà y Can Pahissa. Asimismo, destacan
también sus ermitas e iglesias como las de San Cristóbal, San Gervasio y Santa
María de la Geltrú. En ésta última se encuentra un retablo de madera
policromada del siglo XVIII.
En 2012 tenía algo más de 66000 habitantes
Villanueva y Geltrú tiene sus propias
celebraciones, una de las primeras que se celebran al empezar el año es San
Antonio. Esta celebración que cae en el 17 de enero se celebra con la fiesta
especial de "Els tres tombs". Esta celebración consiste en que se den
3 vueltas con caballos, carros y otros animales de tiro por el interior de la
ciudad. Antiguamente se hacían esas vueltas alrededor de una hoguera hecha con
ramas verdes. Una vez que el cristianismo se hubo implantado en la ciudad, las
3 vueltas se hacían alrededor de la iglesia de San Antonio, donde se hace la
bendición de los animales. En muchos sitios es una tradición llevar animales
domésticos como perros, gatos, y pájaros para que sean bendecidos.
Entre sus fiestas y tradiciones se encuentra el
célebre carnaval, tradicional pero innovador, un carnaval de sátira en el que
cualquier famoso vecino es nombrado.
Se continúan las fiestas con el ansiado
carnaval para todos los vilanovinos. Estas fiestas comienzan antes el sábado
antes del jueves Lardero, con el baile de mantones, que da el inicio a los
carnavales. Al jueves siguiente se hace la merengada infantil, que se le llama
jueves lardero. En esta fiesta los niños salen a la calle con merengues o mangas
pasteleras y entre los que se van encontrando en la calle son
"embadurnados" ("empastifats") es decir, embadurnados con
merengue. Mucha gente utiliza también huevos y nata montada para manchar a la
gente. En diferentes pastelerías hay puntos de encuentro de niños los cuales
esperan a los muñecos de merengue que poco después son tirados donde están los
niños para que sigan con la fiesta. El final de esta fiesta se hace en la Plaça
de la Vila (plaza donde se hacen muchos de los eventos), donde se le son retirado
cualquier bote de nata o huevos para dar fin a este día, en el qual son
rociados con merengues y luego agua. Al día siguiente es el día de "La
Llegada" ("l'Arrivo") que es cuando S.M. el Rey Carnestoltes
llega a la ciudad, donde se hace un gran desfile de carrozas y gente disfrazada
con diferentes temáticas o críticas. El recorrido de estas carrozas acaba en la
Plaça de la Vila donde da el comienzo a el sermón de S.M. el Rey Carnestoltes.
El sábado por la tarde es el turno de los
niños, en el que llega "El Caramel"(el rey del carnaval infantil,y
por el paseo por las calles de la ciudad del Moixó Foguer (personaje totalmente
cubierto de plumas que aparece y desaparece en el interior de una gran caja).
Al llegar la noche es el momento de la "noche de máscaras". "El
Caramelo" es recibido por miles de niños disfrazados en la "Plaça del
mercat". Sin embargo, el acto más importante de este carnaval son
"Las Comparsas" ("Les Comparses"), en las que, detrás de cada
bandera de cada asociación, desfilan parejas de chicos y chicas (más de 50 por
bandera). Los chicos van con americana y barretina, dependiendo de la
asociación. Las chicas siempre van con mantón de Manila, claveles y falda.
Todos los chicos llevan una bolsa llena de caramelos y realizan, con las otras
banderas que se encuentran por la calle, la batalla de los caramelos. En la
plaza de la villa se concentran todas las banderas (por antigüedad) y se
realiza la batalla final, mientras bailan al ritmo de El Turuta.
El lunes, el carnaval infantil o Vidalet, y los
Coros de Carnavales ,y el martes es el turno de las comparsas del Vidalot. Y
para terminar, el miércoles de ceniza se hace el entierro de la sardina, último
de los actos del carnaval después de 12 días de fiesta. En este acto pasean a
S.M. el Rey Carnal muerto con sus concubinas que le lloran durante todos el
trayecto. Al final el ataúd es quemado en el medio de la Plaça de la Vila.
El 5 de agosto, se celebra la Fiesta Mayor en
honor a la Verge de las Neus, patrona de la ciudad. Desfilan diversos
pasacalles entre los que destacan el Baile de Diablos, el Dragón de Vilanova,
el Dragón de la Geltrú, la Carpa y el Porrón, las Mulasses,
Gigantes_y_cabezudos, el baile de Serrallonga, el Ball de bastons, el baile de
gitanos, el baile de pastorcillos, el ball de cintas, la moixiganga, los
castellers, los falcons y otros bailes.
En cuanto a sus eventos relacionados con el
mundo del espectáculo, el más destacado es el Festival Internacional de Música
Popular Tradicional de Villanueva y Geltrú, que se celebra durante un fin de
semana completo de julio. Se trata del certamen más antiguo de España dedicado
a las músicas del mundo o de raíz. Forma parte de la red de ciudades catalanas
por el circo y es la sede junto a Reus del festival de circo en la calle Trapezi.
Villanova tiene tres museos de gran interés, la
Biblioteca Museo Víctor Balaguer, el Museo Romántico Can Papiol y el Museo del
Ferrocarril de Cataluña
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