El olmo de la imagen, La Olma, era un ejemplar de dicho árbol que, como tantos otros, murió por la enfermedad de la grafiosis. Los que la conocimos y disfrutamos, los que estuvimos albergados bajo su sombra, llegamos a amarlo como a un personaje más de un lugar diminuto, llamado Riocavado de la Sierra.
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viernes, 17 de julio de 2015
De San Feliu de Guixols hacia Tossa al color de la amanecida.
Loa acantilados del sur de San feliu, muy cerca de Sant Telm
La punta dee S´Estufador de Garbí
De la Punta del Garbí hacia Tossa. Un tramo de costa muy accidentado.
Chumberas y pinos, una imagen muy mediterránea.
Mirando hacia San Feliu, desde la zona de Sant Telm.
Otra mirada hacia San Feliu, con una luz muy particular.
La ermita de Sant Telm, desde ella hay excelentes panoramas, tanto mirando a San Feliu como hacia Tossa de Mar.
A partir de aquí, sigo la carretera que lleva Tossa, durante un trecho, pero luego sigo el trazado de la GR que se mete hacia el interior en un trazado muy sinuoso e inclinado. Dejo para otra ocasión recorrer este tramo de costa tan abrupto, que cuenta con algunas playas de no muy fácil acceso. Siguiendo el perfil costero, la carretera que lleva desde San feliu a Tossa tiene trescientas sesenta y cinco curvas, tantas como los dias del año. Dice Pla de esta zona:"La costa es muy abrupta y las montañas de Ardenyá muy hoscas y solitarias, sobre todo después de las grandes talas de árboles que se han hecho en ella". Siguiendo la Costa encontramos numerosas calas de piedra y de arena,como la del Vigatá,sa Platjola, Canyer d´en Mieres, Playa del Candell, cala de ses Mongetes, cala dels Musics, cala dels Rampells,cala d´en Bosc, cala Urgell, cala Romaguer, playa de cala Joana, Playa dels Canyerets, llegando a´si aCanyet, el punto más hundido en el engolfamiento de este tramo de costa. desde Lloret hasta aquí el color dominante de la roca es el granito gris blanquecino. Desde Tossa esta roca adquiere tonos oscuros y amoratados y a partir de Vallpresona hasta San Feliu reaparece el granito rojizo. A pleno sol estos colores parecen incendiarse. Decía Pla en los años sesenta qabla también de un ermitaño llamado Jaime Corbera que se dedico a restaurar edificios religiosos como el de la ermita de Grau.La laborv de este ermitaño fue doble: vigilar e informar sobre los movimientos de los barcos piratas, tanto paganos como cristianos y orar a Dios y a sus santos para aplacar las iras del mar nebuloso.. En mi camino interior yo paso muy cerca de la ermita de Grau, rodeada de bosque. Se encuentra en un lugar alto, tiene fama en la comarca y su situación le otorga un panorama amplio y dilatado, agudamente romático, según Pla.
El camino interior, aunque sinuoso y empinado se hace agradable por la sombra que ofrece, entre alcornocales que tienen la huella del trabajo del hombre y encinares, con encinas retorcidas, que se inclinan a los lados del camino, produciendo un efecto de bosque tortuoso y asalvajado.
Desde un claro del denso bosque, aun se acierta a ver el caserío de San Feliu, dejado atrás.
Las enormes piedras en las que se asienta el camino, dan idea de la importancia que pudo tener el mismo en otros tiempos, probablemente para el trasiego de corcho, una industria muy próspera, cuyo centro se ubicaba en San feliu de Guixols.
Un amplio panorama mirando hacia el noreste, con San Feliu en primer término, Playa de Haro más al fondo y las costas cercanas a Palamós entre la bruma calimosa de un día muy caluroso.
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