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sábado, 23 de junio de 2012

¿Quienes son los verdaderos delincuentes?



Después de ver las detenciones de los jóvenes que han protestado por el tarifazo del  metro de Madrid, impulsado por Esperanza Aguirre, me reafirmo en el desigual rasero con el que se trata a delincuentes probados que perjudican a la ciudadanía en general o estafan a miles de personas y a ciudadanos que ejercen una protesta pacífica, que todo lo más causa ligeras molestias que no tienen comparación con las susodichas.
El tratamiento que se da a quienes protestan contra las subidas abusivas de tarifas en el transporte público es de “líderes de grupos organizados” que han causado perjuicios a miles de ciudadanos y que “podrían haber causado problemas de orden público”.
La forma en que se llevan a cabo las detenciones parece que dieran por hecho que esos problemas de orden público ya se han producido y por ello son tratados directamente como delincuentes.
Es curioso que a Dívar se le trate como a una víctima, habiendo hechos probados, que incomprensiblemente no constituyen motivo de causa penal y a estos jóvenes se les detenga casi como a terroristas, con la misma parafernalia y estrepito que se emplea con delincuentes del crimen organizado.
Juegan además a desacreditar los movimientos ciudadanos que pueden “aprobar” o considerar legítimas estas formas de protesta, diciendo que gracias a la colaboración de personas de ese mismo movimiento (que no están de acuerdo con la forma de protesta) se les ha podido arrestar.
Intentar generar el miedo y aplicar la mentira sistemática siempre han ido de la mano en los sistemas represivos que intentan acallar incluso las protestas pacíficas, que ellos tildan de “violentas” por sistema.
La pretensión de que se pueda solicitar para los “saboteadores”, hasta cinco años de cárcel es una burla y lo será mientras no vayan a juicio antes, desde Rodrigo Rato, pasando por todos los banqueros que se han beneficiado con la ruina de sus propios bancos y la misma Aguirre, a quien le gusta echar leña al fuego  para incendiar aún más los ánimos de sus mas enfervorizados hooligans.

De aquellos barros...estos lodos

Una mañana, de hace ya unos años, José María estaba de visita en casa de Geooorges, repantigado en su sofá, con los pies encima de la mesa, intentando relajarse de esa sensación nerviosa que le produce estar en el centro del mundo, con el emperador, en su sancta sanctórum, junto a su perro preferido, que de vez en cuando le olisquea los bajos, como si buscase un hueso enterrado o algo que llevarse a la boca…

- Si my friend Jouse Mary, aquí en my country hemos logrado hacernos con todo lo que antes era un gasto para las arcas del Estado. Ahora le sacamos partido. Nos estamos repartiendo unos sustanciosos beneficios, amigo.

-          Yo también lo intento Geooorges, te lo jorou. He colocado a mis amigos en empresas como telefónica. Si me dan tiempo seguiré ese modelo tuyo que tanto me gusta.
-          Perou también tendrías que meter mano a la sanidad, la educación y las pensiones, sobre todo a las pensiones, que son el negocio del futuro, al paso que llevamos. Pásame una galleta Jousé Mari.
-          ¿No serán estas con las que te atragantaste, no? Vaya putada
-          Si, Jouse Mari, la noticia de, mi casi asfixia sirvió para que pasara desapercibida una noticia sobre la privatización de los comedores sociales en varios estados. Hay tanto vagabundo en este país, que por no verlos, cojo el helicóptero y el avión hasta para viajar cincuenta millas. Hace muy mal efecto ver tanta miseria.
-          Yo en Spain, tengo al menos la televisión pública a mi disposición y puedo castigar a toda esa pandilla de comunistas, sociatas y demás, a no salir en ella. Todo el día se lo pasan rumiando su rencor por las esquinas. Esta frase parece mía, pero en realidad la he sacado de un tango argentino. Queda bien ¿No, Georges?
-          Déjate de chourradas, Jousé Mary, lo que tienes que hacer es desmontar eso que llamáis en Europa “Estado de Bienestar”. Eso es casi la aplicación del marxismo. Aquí ya, Reagan y mi father se dieron cuenta de que había que dejar de tirar el dinero en dar gratis aquello a lo que se le podía sacar una pasta gansa. Con que se le saque un dólar a cada medicamento, o se suban diez dólares las tasas escolares y cien o doscientos las universitarias y les obliguemos a todos a suscribir pólizas de seguros privadas, el chollo está asegurado. Tan solo hace falta colocar previamente a tu gente, familia, amigos y demás en el sitio adecuado, para que gestionen toda esa pasta. Así conseguirás además tener una buena camarilla de fieles comiendo de tu mano ¿como corderitos se dice, o borreguitos?
-          No, si esos ya los tengo, sin necesidad de tanto, pero en my country, los sindicatous son muy plastas todavía y están todo el día dando la murga que si con mejoras salariales, mejora de las condiciones de trabajo, convenios justos y esas historias… Luego, además los empresarios nos dicen que somos unos blandos, pero…
-          Es ciertou, Juusé Mari, aquí tenemos muchas empresas que prohiben directamente la sindicación. Así tienen manos libres para despedir y contratar sin problema y en las condiciones que el empresario quiera
-          Ah Geoorges, si yo pudiera…
-          Tranquilo, Jousé Mary, si mantienes esa mayouria absoluta que tienes ahora, lo conseguirás. No te apures.
-          Estoy deseando volver a mi país para poner en práctica todas estas lecciones que me das, Geoorges.
-          Para ti son gratis, tontín. Anda pásame otra galletita amigo Ansarrr…

lunes, 18 de junio de 2012


¿QUIEN HA DESPILFARRADO?

Al parecer ha sido el despilfarro lo que ahora  nos obliga a apretarnos el cinturón hasta extremos que rayan la anorexia, en una economía cada vez más precaria.
Yo me pregunto ¿Cuántos de esos cinco millones largos de parados han vivido por encima de sus posibilidades? Desde luego lo que está claro que hoy en día lo hacen muy por debajo de la media, no solo europea, sino de la que se podría considerar simplemente digna. Yo mismo considero de mí y de muchos de los que conozco, que no he vivido por encima por encima de nada. Hace bastante tiempo que vivía con el sueldo congelado. Hace dos años lo bajaron un 5% y hoy nuevamente me lo vuelven a congelar, con el agravante de que además me suben el IRPF, impuesto que no puedo esconder y menos, evadir a ningún paraíso fiscal.
A estas alturas de la crisis, cuando a mucha gente se le oye hablar de la prima de riesgo con toda familiaridad como si fuese un término aprendido en la escuela, sabemos, a través del bombardeo de noticias y de numerosos correos de internet, quien ha despilfarrado realmente o ha vivido por encima de sus posibilidades.

Podemos empezar por los beneficiarios de esta crisis, cuya responsabilidad será difícil evaluar en toda su extensión, como también la acumulación de ganancias en mitad de la debacle. Se trata, como no, de los banqueros y los bancos. Hasta los políticos, de los que luego hablaremos, denunciaron como “obscenos” los cobros de prejubilaciones millonarias o los bonus que se llevaban muchos directivos de bancos, parte de los cuales reunían el mérito de haber contribuido con verdadero entusiasmo a la ruina de los mismos. En España hay casos sangrantes que todo el mundo conoce como el de la caja de Ahorros del Mediterraneo o Caixa Galicia. Los protagonistas, que sepamos, no han pasado por ningún tribunal, ni se les ha pedido que devuelvan, lo que “legalmente” se han llevado, pero éticamente han robado y esquilmado. Si algo me queda claro es que el sistema capitalista premia a los ladrones y mangantes y que ser antisistema debería ser obligatorio y enseñarse en asignaturas como Ética o Ciudadanía.
Pero vayamos a lo concreto, los nombres propios de protagonistas aventajados que habiendo contribuido a agrandar el agujero de las deudas, no contribuyen ahora a arrimar el hombro y pagar su parte.
El señor Botín y su familia ya han sido señalados como grandes evasores de dinero hacia paraísos fiscales. Dinero que nadie con autoridad les reclama y que tampoco sabremos cual es el montante que alcanza. El señor Goirigolzarri, nuevo presidente de Bankia, esa ruina galopante, es buena muestra de esa obscenidad insultante con la que se exhiben los verdaderos inductores de la situación económica en la que nos encontramos. Nada menos que 53 millones cobrará de jubilación cuando cumpla los 65 años, de acuerdo con lo pactado con su propio exbanco el BBVA. Calculo que sería el equivalente a los sueldos acumulados de cincuenta trabajadores a lo largo de toda su vida laboral. ¿Qué trabajo hay que merezca semejante retribución? De entrada hay que pensar que no es siquiera un trabajo, sino un pacto con algún diablo de otro planeta, donde el dinero crece en los árboles o se recoge como las piedras del suelo, a capazadas.
El mismo señor Rato, a quien alguien llamaba eufemísticamente “Rata”, por lo rápido que abandona los proyectos que hacen agua o se arruinan, también lleva un buen saco repleto de billetes, para cobrar los servicios prestados ¿Qué servicios son esos y a quien se los ha prestado para embolsarse 2,3 millones anuales? ¿Quién le puede considerar un perjudicado, al pobrecito por habérsele reducido dicho sueldo anual a solo seiscientos mil euros anuales (veinte años de trabajo de cualquier trabajador más que normal)?
Nadie se ajusta, ni se aprieta el cinturón en este gremio. No solo les ha mimado el Estado, sin exigirles contraprestaciones, sino que el Banco Central Europeo, a los únicos que presta dinero es a ellos, a los banqueros particulares y no a los países a los que ahora exige cumplir unos plazos de déficit demenciales.
En las películas, la Mafia suele prestar dinero a los ludópatas hasta que sus deudas contraídas son impagables y acaban por tenerlos completamente a su merced. Los plazos perentorios en los que se exige a Grecia, España, Portugal…para saldar su deuda y llegar al sacrosanto déficit cero son de una esencia mafiosa que da miedo. Se ha jugado a un despilfarro generalizado en el que los que tenían el grifo del dinero, lo abrían a voluntad y sin mucho control, mientras les beneficiaba. Cuando las deudas que generaba esa riada de dinero resultaban impagables, entonces han decidido cerrar el grifo y empezar a pedir cuentas, pero no a los verdaderos despilfarradores sino sobre todo a los que no tenían la oportunidad de hacerlo porque siempre hemos vivido con lo justo, un sueldo bien vigilado y totalmente transparente para hacienda y a aquellos que ya ni siquiera gozan de un mísero sueldo del que descontar un euro para los capos.

Pero he dejado a medias el recuento de responsables. En un segundo escalón pondría a todos aquellos políticos que han tenido la brillante idea de pasar a la posteridad por obras faraónicas que son el ejemplo más visible de despilfarro. Aeropuertos que nunca llegarán a funcionar como tales, Exposiciones Universales que con la coartada de atraer ingentes capitales lo que traen consigo son enormes gastos que acaban por pagar los ciudadanos con subidas de impuestos y tarifas. Estudios de cine que pretenden emular a Hollywood con enormes hangares, en los que jamás se rodará ni una película. Circuitos urbanos que lo único que dejan en el lugar que ocupan es un aumento insoportable de los decibelios. Los parques temáticos, los campos de golf, las urbanizaciones que generan comisiones, mordidas, especulación. Dinero y más dinero que se queda en contados bolsillos y que ahora pagamos entre casi todos, excepto precisamente los que se beneficiaron de esas ilegalidades consentidas.
A esos que hemos mencionado hasta aquí habría que añadir a todos los políticos que se aprovechan de sus cargos para cobrar prebendas, abusar del uso de coches oficiales, contratar asesores sin medida, permitir la entrada de familiares en puestos de trabajo ex profeso para ellos. Añadamos además las ayudas ingentes a una Iglesia que en ningún momento ha tomado partido por los que están siendo desposeídos y otra vez más se pone del lado de los ganadores, beneficiándose con ello de manera descarada.
A partir de ahí, además de todos los empresarios que defraudan a hacienda, personajes famosos, deportistas…que también lo hacen, veríamos que parte de responsabilidad tienen los que, engañados por tener un trabajo, que creían les iba a durar y por unos bancos que les alentaban a invertir su escaso dinero en ser propietarios, entraron en la rueda de convertirse en deudores. La mayoría de estos van quedando en la cuneta, con sus pisos embargados en manos de los bancos y con poca esperanza de volver a la situación que vivieron hace solo unos años.

Si se hubiera seguido el orden de responsabilidad a la hora de pagar, no haría falta tocar la sanidad, ni la educación, ni las pensiones. Pero la historia se repite y los que siempre tuvieron la sartén por el mango y que nunca la soltaron, quieren hacernos creer que el estado de bienestar es tan solo un espejismo o un sueño del que es inevitable despertar
hacia una pesadilla de desigualdad y falta de justicia.
Aún estamos a tiempo de impedirlo y debiéramos aplicarnos a ello, antes de que sea tarde.