Entradas populares

miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL PROYECTO

EL PROYECTO


Descartado aquel proyecto, hasta los más reticentes regresaron.
Cuantos habían muerto y no verían como piedra a piedra, se volvían a reconstruir las casas, algunas incluso rematadas con chimenea de ligera toba, como antes.
Volvieron los alborotados gritos infantiles, las fiestas y el bullicio veraniego, recorriendo el espacio entre la fuente y el cementerio. Aquel tramo de valle se consideró el paso natural entre parques, para no interrumpir de forma artificial el transcurrir de los jabalíes y los sarrios. Volvió a haber truchas en el río y su ribera quedó libre de urbanizaciones y pelotazos urbanísticos.

También volvió la vida a los deshabitados pueblos colgados mirando al sur. Volvieron los molinos a voltear sus piedras y a dar luz a las menudas aldeas.
Por fin liberados de la inoperante y exclusiva tutela de los organismos oficiales.
Se aprovecharon los muros de cemento, construidos hacía décadas en los barrancos, para almacenar agua con que regar los huertos y frutales y permitir vivir a aquellos artesanos, nuevos campesinos y pastores, que limpiaban el monte en los inviernos y acogían a los respetuosos veraneantes, que recorrían uno a uno aquellos lugares vueltos a la vida.

Tantos incendios y bosques arrasados trajeron al fin la cordura y el monte se mantenía limpio de maleza.
El agua depurada volvía al río limpia y un ancho soto acogía las aves migratorias entre álamos, chopos, sargueras y hayas que nacían de semillas viajeras. Qué frescor exhalaba en el más fiero agosto la sombra de su seno, junto al río casi virgen.

Por una vez el progreso no había consistido en huir hacia delante y acordonar el río de cemento y ladrillo, de obras que convertían los parajes en monótonas copias de ciudades.
Se pensó en un principio, que al no haber agua en Levante, se podrían hacer allí campos de golf. Pronto se vio que era malgastar el agua inútilmente y acotar grandes espacios al disfrute de la gran mayoría.
Por primera vez se decidió hacer caso a los indicios que mostraban al desierto más cerca de lo que parecía.

Fue la libre iniciativa de pequeños proyectos para vivir sin excesivos lujos y también sin miserias la que hizo posible repoblar los vacíos, sin que hubiera detrás especuladores, ni ávidos negociantes, cuyo lema, que cautivó al principio a los incautos era: “Nuestro bienestar es tu futuro. Vende y olvídate. Todo lo demás corre de nuestra cuenta”

Febrero  2007

No hay comentarios:

Publicar un comentario