El día en que siguió la guerra.
Desde lejos, la guerra no salpica
la nueva primavera que llama a nuestras puertas,
con la explosión de vida que nos trae las flores y mayencos,
la savia de los viejos amores,
los nuevos que aparecen como los brotes tiernos de los olmos,
ajenos a las bombas y los muertos.
Ha empezado el baile tortuoso
de máscaras y espectros,
que surgen de las dunas
blancas y fantasmales.
El once de septiembre no significa nada
si miramos al fondo,
en el pozo de horrores de la historia.
Es tan sólo un espejo deformado
que al romperse, salpica la memoria escondida
de quien lanzó al vacío las bombas de Hirosima y Nagasaki.
Desde entonces la guerra se ha sembrado,
siempre fuera, haciendo del mercado la bandera
y de la democracia la quimera.
Que pregunten al mundo qué fue la guerra fría.
No a aquellos que crecieron al abrigo del miedo
y sólo temieron los augurios,
sino a los que sufrieron en sus carnes
limpiezas de arsenales de los bloques
que juegan a ver crecer la guerra en otra parte
y a repartirse, como botín, el globo.
La amenaza constante multiplicó escenarios.
En Corea chocaron los aceros y en las Islas Bikini
recordaron que el mundo era pequeño.
En países que nacen, la independencia asoma a la esperanza,
Es solo un espejismo, cuando advierten
que son, tan solo, las zonas fronterizas
de un orden superior que extiende sus conflictos
a nuevos lugares, donde sembrar las minas,
donde vender sus armas de destrucción individual-masiva.
Todos nos acordamos de Vietnam,
pero pocos sabrían localizar Biafra.
No olvidemos el Africa invisible,
donde ha habido y ocurren hoy grandes genocidios.
Tampoco hay que olvidar Brasil, Chile, Argentina, Granada, Panamá, Bolivia... países, a los que en su momento, los Estados Unidos ayudaron a hundirse en la barbarie.
Noam Chomsky escribió , ya en 1969:
"La guerra de Vietnam es el ejemplo mas obsceno de un fenómeno aterrador de la historia contemporánea: el intento de nuestro país de imponer una particular concepción del orden y la estabilidad en buena parte del mundo. Medido según cualquier patrón objetivo, los Estados Unidos se han convertido en la potencia mas agresiva de la tierra, en la mayor amenaza a la paz, a la autodeterminación nacional y la cooperación internacional"
Hoy más que nunca hay que parar la guerra. Se ha abierto de nuevo la caja de Pandora y será difícil que se vuelva a cerrar a voluntad de quien lo ha propiciado impunemente.
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