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miércoles, 9 de agosto de 2017

Todos los años que llevo haciendo el camino de la costa, el primer día, en el mismo autobús o tren que me lleva a mi destino, suelo escribir algunos haikus. Pongo aquí los que fui escribiendo a lo largo de esos días, sobre todo en Atmella de Mar. No todos tienen la misma calidad, pero si son tal como los escribí en su momento. Pocos han variado tras ser escritos por primera vez.

Es la indolencia
la tentación amable
del tiempo ocioso

Brisa marina
junto al rumor de olas
el paraíso.

Los jubilados
se comen el helado
sin decir nada.

Grata es la sombra
cuando el calor aprieta
allí me quedo.

Hay en Atmella
dos hermosos paseos
ambos los ando.

Son las gaviotas
curiosas alcahuetas
lo observan todo.

El mar no calla
conversa con las playas
y las empapa.

Cal y balaustre
el azul tras el blanco
Mediterráneo.

Busco la sombra
porque el sol todo el día
me ha acompañado.

Quiero descanso
solo si mi camino
he concluido.

De amanecida:

Qué gran delicia
pasear con la brisa
aún es de noche

Delta del Ebro
es en el horizonte
un espejismo.

Entre un buen día
y el que es mejor posible
hay diferencia. 

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