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martes, 7 de julio de 2015

“Llafranc y Calella de Palafrugell representan lo más auténtico de la Costa Brava. Llafranc es la joya de la zona, a decir de algunos. Pueblo pequeño que junta la vida tranquila durante todo el año con el ambiente más sofisticado en época de verano. Calella de Palafrugell es un antiguo pueblo de pescadores que mantiene intacta toda la primera linea de mar, considerándose una de las panorámicas más pintorescas de la Costa Brava. A tan solo 15 minutos de distancia, estas dos localidades mantienen a la perfección la tradición pesquera de pueblos muy unidos al mar. Desde el faro en el monte San Sebastià se puede disfrutar de una vista maravillosa de toda la costa desde Llafranc hasta Calella de Palafrugell. La variedad de calas de esta zona convierten a estos dos municipios una cita obligada en tu ruta por la Costa Brava”. blog.trovit.es/vacaciones-en-la-costa-brava/ En la primera foto, una vista de Llafranc en primer término y Calella de Palafrugell al fondo. Seguimos en la Costa Brava respetuosa con el entorno
Varias vistas de Calella, en un día nublado, que nos dan una idea de su encanto.
Y finalmente llueve. Por supuesto no dejo de disfrutar del paseo por sus calles y sus pequeñas playas
En LLafranc hay restos arqueológicos romanos y griegos.Un pequeño trabajo sobre los restos arqueológicos hallados en Llafranc se puede leer en el siguiente enlace web: http://www.raco.cat/index.php/Pyrenae/article/viewFile/147841/260018 Josep Pla habla de que en su juventud había en la playa de Llafranc toldos hechos con ramas de pino, que ya hacia los años sesenta habían desaparecido. La torre de Calella se encuentra en el camino que lleva de Llafranc a Calella. Fue construida hacia finales del siglo XVI. El 28 de junio de 1597 el alcalde general de Cataluña, a petición de los jurados de la villa de Palafrugell, da permiso para construir "una torre redonda frontalisa" entre Calella y Llafranc, para ayuda y defensa de los puertos y "expulsión de piratas ladrones y malos hombres". Era por tanto un elemento de vigilancia y de defensa a la vez. También fue utilizada como prisión en algunas ocasiones. La torre ha experimentado diversas modificaciones a lo largo del tiempo, en la actualidad se utiliza como parte de una vivienda, con una construcción anexa a la parte sureste. Josep Pla, de Calella alaba el color del caserío en los atardeceres, las legumbres y verduras de sus huertos, la agradable temperatura invernal. Comenzó a ocuparse por gentes ajenas a la pesca a fines del siglo XIX, familias de Palafruguell que se construyeron casa para ir a pasar los domingos. Así se construyó el Canadell. Más tarde surgió la costumbre de pasar allí todo el mes de agosto. Las embarcaciones se llamaban “vacas” y la pesca se hacía sin respetar los periodos de freza lo que, obviamente, redundó en perjuicio de la pesca de la zona. Habla también Pla de los baños de mar caliente que estuvieron de moda durante un tiempo. No se sabía lo que curaban y desaparecieron sin saberse. Nombra a los vientos gargal (Gregal?) y xaloc (sirocco) que viene del mediodía. También menciona el viento foranell y el garbí o lebeche.